Martes, 3 de mayo de 2011 | Hoy
13:24 › ZARDARI RECHAZó LAS ACUSACIONES
El presidente Asif Ali Zardari descartó que fuerzas de seguridad de su país hayan ocultado a Osama Bin Laden antes de que fuera asesinado por tropas de elite de Estados Unidos. El primer ministro británico, David Cameron, y varios legisladores estadounidenses expresaron sus dudas acerca de que el líder de Al Qaida, y una de las personas más buscadas del mundo, pudiese estar en una casa de la ciudad de Abbottabad sin que las autoridades paquistaníes tuvieran conocimiento. El jueves, Obama irá a Nueva York, en Ground Zero, el lugar donde se erigían las Torres Gemelas destruidas por Al Qaida, para encontrarse con los familiares de las víctimas.
Los comentarios del presidente paquistaní llegaron luego de que el jefe de gobierno británico y legisladores estadounidenses dijeran que Pakistán debería dar respuestas sobre cómo fue posible que el líder de Al Qaida y una de las personas más buscadas del mundo pudiese vivir en tal lugar sin que las autoridades supieran.
Los comentarios de Zardari en una columna publicada en el diario The Washington Post fueron la primera respuesta formal de Pakistán a las sospechas expresadas en Estados Unidos y Europa, algo que podría agriar aún más las relaciones entre Islamabad y Occidente en un punto álgido de la guerra en Afganistán.
Bin Laden fue muerto cerca de una academia militar en la nororiental ciudad de Abbottabad, no en la recóndita región montañosa cercana a la frontera afgana donde se presumía que se ocultaba, ayudado por líderes tribales. Esto reavivó sospechas de posible complicidad entre el poderoso aparato de seguridad del país, sobre el cual funcionarios occidentales manifiestan desde hace años su desconfianza pese a varios arrestos de miembros de Al Qaida desde 2001.
"Algunos en Estados Unidos insinuaron que Pakistán carece de vitalidad en su persecución del terrorismo o, peor aún, que éramos insinceros y que en realidad protegíamos a los terroristas que afirmábamos estar persiguiendo", escribió Zardari. "Tales especulaciones sin fundamento pueden ser noticias emocionantes, pero no reflejan la realidad", agregó el presidente.
Los lazos entre ambos aliados nominales en la lucha al extremismo islámico ya vivían momentos de tirantez por acusaciones estadounidenses de que autoridades paquistaníes apoyaban a grupos extremistas en Afganistán y su propio país y malestar de Islamabad por ataques de aviones sin piloto norteamericanos en Pakistán.
El presidente de la Comisión de Defensa del Senado de Estados Unidos, Carl Levin, dijo que la inteligencia paquistaní "tiene muchas explicaciones que dar" por el lugar donde vivía Bin Laden y otros temas que deberían haber generado sospechas, como que los ocupantes de la casa quemaban la basura y evitaban su recolección. "Es difícil imaginar que el Ejército o la policía no tuvieran idea de lo que pasaba allí adentro", agregó Levin.
El premier británico David Cameron, quien hizo del respaldo a Pakistán uno de los puntos centrales de su política exterior, se hizo eco de esas preocupaciones. "Esas son preguntas que debemos hacer, esas son preguntas que querremos que sean contestadas y haremos esa pregunta a todos en Pakistán y en el gobierno paquistaní", dijo Cameron a la cadena BBC, al tiempo que también admitió las limitaciones de la influencia de los gobiernos occidentales sobre Islamabad.
"Podríamos elegir el camino de tener un enorme polémica, enorme riña con Pakistán, pero valoro nuestra relación con Pakistán y tengo la visión muy clara de que está en nuestro interés trabajar con el gobierno y el pueblo paquistaní para combatir el terrorismo y ayudar al desarrollo del país", agregó Cameron.
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