Durante una rueda de prensa al finalizar el encuentro que tuvo lugar en San Petersburgo, Rusia, la mandataria argentina contó que los puntos centrales de su intervención fueron la Corte Penal de Roma, el multilateralismo, el tema de la primavera árabe y lo que pasa en Egipto luego de elecciones libres y la posición en contra de una intervención militar unilateral en Siria.

Contó que quien planteó abiertamente una cuestión de ese tipo fue el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Y aunque prefirió no ampliar sobre el discurso del norteamericano -"porque no soy su vocera ni quiero serlo"-, resumió que el mandatario planteó "su posición ya conocida por todos" y que es lo mismo que sostuvo ante los legisladores estadounidenses: "No iba a venir aquí algo diferente a lo que dijo en su Congreso cuando solicitó autorización para una intervención directa".

Además, puntualizó que la carta que el papa Francisco le envió al presidente anfitrión Vladimir Putin "fue leída" durante la reunión e indicó que ello tuvo una particular "importancia. "Fue mencionada por Rusia y por Italia, que también se manifestó en contra de una intervención militar, junto con Alemania, Brasil, China, Rusia y Argentina, entre algunos países.

Fernández de Kirchner dijo que Argentina se expresó a favor de la paz porque "no somos un país guerrero" y ejemplificó que "la última guerra que tuvimos los argentinos fue en el siglo XIX y fue contra el imperialismo español". "Cuando dije eso, (el presidente Mariano) Rajoy se río y como observé que (el primer ministro británico David) Cameron me miraba y se sonreía desde otro lado de la mesa. Dije: que nadie se atreva a endilgarnos alguna otra guerra porque somos democráticos y no una dictadura, y les recuerdo que muchos de los que están hoy aquí sentados apoyaron dictaduras en mi país".

Cuando los periodistas le preguntaron sobre declaraciones del canciller español, quien había dicho que le gustaría reunirse con autoridades argentinas para "aunar criterios sobre Malvinas" y hablar además del reclamo de su país por la soberanía del estrecho de Gibraltar, la Presidenta dijo: "Estamos abiertos a dialogar con todos los lenguajes". "Incluso invitamos a Cameron para que se siente a dialogar. Y que se siente no quiere decir que nos tenga que dar la razón. Porque el planteo es el mismo de siempre: que se sienten a dialogar", señaló.

Cristina manifestó su conformidad con los "cambios sustanciales" que contiene el documento final respecto a los encuentros anteriores y puso énfasis en el rechazo explícito de la flexibilización laboral como una herramienta para superar las crisis. También ponderó la inclusión de la necesidad de tener en cuenta la sustentabilidad de los países en problemas al momento de definir sus esquemas de pago deuda, y la inclusión de un pronunciamiento sobre los paraísos fiscales, denominados desde ahora "guaridas fiscales".

"El documento (final del G-20) ha sido muy importante", destacó CFK y manifestó que se tuvo en cuenta la cuestión de "lo quebradizo del sistema y la volatilidad de los mercados", y afirmó que sólo se habló de la sustentabilidad de las deudas soberanas y de la existencia de guaridas fiscales.

Luego se reunió con Putín, con quien conversó de "inversiones en represas" y le pidió que gestione en Siria más mecanismos para permitir que la ONU participe de las negociaciones de paz y preste ayuda humanitaria en el territorio. También le planteó que "el derecho a veto (en el Consejo de Seguridad) no resuelve ningún conflicto y dejó claro que Argentina "condena el uso de armas químicas y también de armas nucleares".

En este sentido propuso discutir sobre la cuestión de la venta de armas. "¿Por qué no se habló de ésto antes y no se realizó un embargo de armas?", se preguntó.