El hecho ocurrió en el mercado Coto ubicado en Agüero 616, Ciudad de Buenos Aires, cuando el acusado fue sorprendido por el encargado de seguridad del local: "Vio que un sujeto caminaba nervioso por el salón de la planta baja y, cuando estaba en la línea de cajas, guardó paquetes de chicles que ahí se exhibían”, dijo y contó que al advertir que se retiraba sin abonarlas, lo interceptó a la salida y solicitó la intervención de la policía.

En situaciones similares, a menudo los jueces aplicaron la “teoría de la insignificancia”, una norma no escrita que en los hechos significa que cuando el hurto no llega a concretarse y el objeto del delito tiene escaso valor económico, no tiene relevancia poner en marcha la maquinaria penal para continuar el proceso.

“Es posible acreditar, al menos para esta etapa, la materialidad de los hechos y la intervención de Mascias Germán”, se limitó a señalar el fallo, que ni siquiera aludió a ese “principio de insignificancia”.