Jueves, 13 de julio de 2006 | Hoy
17:23 › BLOQUEO POR TIERRA, AIRE Y MAR
El ejército israelí, ajeno a las críticas de la comunidad internacional, impuso un cerco total contra Líbano y bombardeó decenas de blancos estratégicos el jueves para presionar al máximo al gobierno de aquel país y al movimiento integrista Hezbolá, que secuestró la víspera dos soldados del Estado hebreo.
"Israel impone un bloqueo total sobre Líbano por tierra, mar y aire dentro de las operaciones para recuperar a los dos soldados" secuestrados el miércoles por la guerrilla libanesa Hezbolá, de tendencia chiita, declaró un responsable del Estado Mayor israelí.
Se trata de la gran primera ofensiva terrestre y aérea del Estado hebreo desde que se retiró del sur del Líbano en el año 2000. Hasta ahora, dos civiles y ocho soldados israelíes murieron y en el territorio libanés, las autoridades calculan que más de 40 personas perdieron la vida desde el miércoles.
Fue una jornada cargada de acusaciones mutuas y en la que se vivió un verdadero clima de guerra tanto en Líbano como en el norte de Israel. En Jerusalén, los responsables del gobierno del Estado hebreo aseguraron que las autoridades de Teherán y Damasco componen un "eje terrorista" responsable de la violencia en la región.
"Israel considera a Hamas y al Hezbolá, a Siria y a Irán, los elementos principales de un eje de terrorismo y de odio que no sólo nos amenaza a nosotros sino al mundo entero", afirmó el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, asegurando que el Hezbolá pretendía además trasladar a los soldados secuestrados a Irán, afirmación desmentida posteriormente por Teherán.
El gobierno israelí pretende aumentar la presión sobre el ejecutivo libanés, al que considera responsable indirecto del secuestro de sus soldados, hasta que "se haga cargo de la región sur de Líbano, controlada hasta ahora por Hezbolá" y comprenda "el precio" que deberá pagar si sigue tolerando a esta milicia.
Además, los responsables israelíes subrayaron por activa y por pasiva que han sido víctimas de "una declaración de guerra" por parte de Líbano y reiteran que no están dispuestos a intercambiar a estos militares por presos, tal y como exige Hezbolá.
"Queremos hacer entender al gobierno libanés, en plena temporada turística, el precio que tendrá que pagar por negarse a desarmar a Hezbolá", según portavoces militares.
Durante la jornada, aviones israelíes bombardearon varias pistas del aeropuerto internacional Rafic Hariri de la capital libanesa, que fue cerrado, ya que según Israel "servía para el transporte de armas para Hezbolá".
Fundamentalmente, los bombardeos se dirigieron a objetivos del sur del Líbano, donde Hezbolá almacena "grandes cantidades de armas y municiones", explicaron portavoces militares.
Además, Israel bombardeó con misiles la sede de la cadena de televisión Al Manar, controlada por Hezbolá, numerosos puentes y otras infraestructuras.
Al mediodía del jueves, barcos de la Marina israelí penetraron en las aguas territoriales libanesas e impidieron el acceso a los puertos, usados, según el Estado hebreo, para "la entrada de armas y terroristas".
El Hezbolá respondió lanzando decenas de morteros katiusha contra las ciudades del norte de Israel, donde los habitantes se encuentran desde el miércoles confinados en los refugios especiales.
En total, dos israelíes murieron en las ciudades de Nahariya, en la frontera libanesa, y Sefad, más alejada, cuando sus viviendas fueron alcanzadas por estos morteros.
Además, el movimiento integrista amenazó con atacar Haifa, la tercera ciudad de Israel y el mayor polo industrial del país, si no cesan los ataques contra Beirut.
"Israel tiene que reaccionar con fuerza a este ataque de Hezbolá y es lo que haremos. La comunidad internacional debe comprender que Israel responda de manera firme contra objetivos enemigos como Hezbolá", declaró el primer ministro, Ehud Olmert.
Sin embargo, la comunidad internacional pidió mesura a todas las partes y la Unión Europea consideró "desproporcionada" la ofensiva israelí en Líbano. Al mismo tiempo, la ONU mostró su preocupación por estos "graves ataques" de Israel y subrayó que el "bloqueo impuesto por Israel aumentará las dificultades para la población local".
La única voz disonante fue la del presidente George W. Bush, que consideró que Israel tenía "derecho a defenderse".
Paralelamente a su ofensiva militar en Líbano, Israel continúa una operación militar en Gaza, donde tres grupos armados tienen secuestrado a otro soldado del Estado hebreo desde el 25 de junio.
En las últimas horas, la sede en Gaza del ministerio de Relaciones Exteriores fue bombardeada. Desde hace una semana, más de 70 palestinos murieron en esta ofensiva.
Al mismo tiempo, Mohammed Deif, líder de las brigadas Ezzedin Al Qassam, brazo armado de Hamas, que resultó herido grave el miércoles en un bombardeo en Gaza destinado a liquidarlo, está fuera de peligro y no quedará paralítico, declararon fuentes médicas.
Desde Líbano, el líder del Hezbolá, Hassan Nasralá, afirmó que el secuestro de los dos soldados israelíes era "una muestra de respaldo a los hermanos palestinos, que a diario son asesinados mientras el mundo guarda silencio".
Fuente: AFP
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