Roma derrotó ayer 2-1 a San Lorenzo, en un amistoso disputado en el Estadio Olímpico de la capital italiana, y que estuvo destinado a recaudar fondos para ayudar a las víctimas del terremoto que sufrió aquel país europeo, el 24 de agosto, y que dejó un saldo de 300 muertos. El partido fue presenciado por una gran cantidad de hinchas del equipo argentino, en su mayoría llegados desde las distintas peñas del Viejo Continente. Por otra parte, tuvo como principal atracción al capitán del equipo local, Francesco Totti, quien deleitó con su jerarquía a 24 días de cumplir sus 40 años. Por otro lado, el Papa Francisco, que el viernes había recibido a ambos planteles en el Vaticano, no estuvo presente.

Pasó poco y nada en el primer tiempo. Roma imponía condiciones con un juego fluido pero sin llevar demasiado peligro para Sebastián Torrico, mientras que los dirigidos por Diego Aguirre apenas inquietaron con remates de media distancia. La historia recién se comenzó a inclinar en el complemento, cuando varios de los titulares de ambos equipos habían sido reemplazados. En esa etapa, avisó San Lorenzo a los dos minutos, con un remate de Martín Cauteruccio después de una buena maniobra individual. Pero cinco más tarde, se produjo el primer gol de la Roma, y tuvo una gestación netamente argentina: el ex mediocampista de Boca, Leandro Paredes, lo inició con un gran pase por encima de la defensa rival y el ex delantero de River, Juan Iturbe, lo concretó con un zurdazo ante la salida de Nicolás Navarro, uno de los que había ingresado en el entretiempo. A los 12, Fernando Belluschi tomó la pelota de frente al arco y, de zurda, su pierna menos hábil, ubicó la pelota junto al palo derecho. Pero le duró poco la alegría al conjunto argentino, ya que el juvenil Keba, a los 26, cerró el marcador después de una buena combinación entre Totti y el lateral Bruno Peres por la derecha.