El seleccionado argentino cerró sin llegar al podio su participación en el 15o. Campeonato Mundial de Básquetbol de Japón al perder ante los Estados Unidos por 96-81, en el partido que definía la tercera ubicación del certamen. De esta manera, el Dream Team se quedó con la medalla de bronce, un premio menor para lo que pretendían los estadounidenses.

Como ocurrió ante España, el conjunto argentino tuvo un arranque para la ilusión, con una buena efectividad en los lanzamientos y una gran conducción de Juan Ignacio Sánchez. En ese pasaje, Luis Scola lastimaba bajo el canasto de los estadounidenses, que no podían controlar al jugador del Tau. Sin embargo, el equipo de Sergio Hernández comenzó a cargarse de faltas personales, lo que determinó que Emanuel Ginóbili jugara muy poco.

Además, ya en el segundo parcial, Argentina fue mermando en su rendimiento, un tanto por el desgaste físico realizado ayer ante los españoles y otro poco porque el espíritu sensibilizado de sus integrantes acusó el impacto de algunos fallos arbitrales desfavorables. Sin embargo, a los norteamericanos les costó pasar al frente y recién pudieron hacerlo por primera vez en el partido cuando restaban 4 segundos para finalizar el segundo cuarto. Un triple de Carmelo Anthony les permitió cerrar el primer tiempo con ventaja de uno: 50-49.

Con los titulares cargados de faltas, en especial Oberto y Scola, el juego argentino bajo las tablas se fue perdiendo. Y la intensidad defensiva mostrada a lo largo del torneo también fue disminuyendo. Esto resultó fatal para contener el juego individual de los estadounidenses, que encontraron en Dwyane Wade la llave para abrir la defensa argentina (fue el máximo anotador del encuentro con 34 tantos), bien escoltado por otro jugador de gran predicamento en la NBA como LeBron James (20).

Hasta el final de ese tercer cuarto, en el que Ginóbili no tuvo cancha por haber llegado a las cuatro faltas (Hernández lo reservó para el último parcial), Argentina se mantuvo en partido y terminó abajo por un remontable 69-62. Pero en los últimos diez minutos, Argentina terminó mostrando una cara desconocida para este grupo de ganadores: la de la impotencia. Y esto fue aprovechado por la juvenil formación de Estados Unidos para lucir sus dotes acrobáticas y su natural potencialidad en pos de alargar diferencias en el marcador.

De todas formas, Argentina terminó cayendo con dignidad, pese a los arrestos individuales que nunca fueron precisamente su característica de juego. Pero la pena de quedarse sin final en la agonía del partido con España taladró el ánimo del grupo y, así, a Estados Unidos no se le puede ganar.