Domingo, 1 de abril de 2007 | Hoy
DEPORTES › WILLY JUEGA LA FINAL EN MIAMI
Tras bajar a tres top ten, el argentino pretende ganar, desde la una, su segundo título de Masters Series ante Djokovic.
Por Sebastian Fest
Desde Miami
Los dos buscan la gloria de conquistar el quinto torneo más importante del tenis mundial, pero los caminos, el contexto y las razones de Guillermo Cañas y Novak Djokovic no podrían ser más diferentes. Cuando ambos ingresen a la una (televisa ESPN) a la cancha central del complejo de Crandon Park, en la isla de Key Biscayne, el sol del mediodía en Miami caerá sobre un argentino de 29 años que encara la recta final de su carrera tras una polémica sanción por doping, un “gladiador” del tenis que está protagonizando un asombroso regreso a los primeros planos. Ese sol también bañará el casi siempre sonriente rostro del serbio Djokovic, un joven de 19 años pletórico de confianza, un tenista que disfruta mientras descubre el mundo y lo hace con un juego de impactante talento y contundencia.
“¡Diez años menos! Me mataste...”, dijo en la noche del viernes Cañas, 55 del ranking, cuando se le hizo notar la diferencia de edad que lo separa de Djokovic, décimo de la clasificación. Nunca se enfrentaron y, de hecho, Cañas no vivió la explosión tenística del serbio, porque en esos meses estaba esperando ansioso el final de su sanción por doping o jugando torneos menores en Belem, Quito o Medellín. Cañas volvió al circuito en septiembre de 2006 y sin ranking, pero para el lunes ya tiene asegurado un lugar entre los 30 mejores del mundo.
El derrotero de Cañas en Miami es más que curioso. Solicitó una invitación especial (wild card) para jugar el torneo que los organizadores le negaron. Que esa negativa llegara al día siguiente de que Cañas asombrara al mundo al derrotar al suizo Roger Federer en la segunda ronda de Indian Wells sólo sirve para darle un tono más extraño al asunto. Que no termina ahí. Cañas jugó la fase clasificatoria en Miami, entró al cuadro principal, batió a cinco preclasificados, a un ex número uno del mundo y, por segunda vez en 16 días, al otrora “invencible” Federer. Y está a un paso de ganar el torneo. Los responsables del certamen –del que es dueña la agencia IMG– sin dudas no pasarán un momento agradable si le entregan la copa al argentino, algo que está lejos de ser un hecho, porque Djokovic juega un tenis celestial y viene de batir al español Rafael Nadal y arrasar al británico Andy Murray.
La final, al mejor de cinco sets, promete emoción, porque Cañas es un contragolpeador incansable que mejoró muchísimo su servicio y su juego ofensivo en su regreso al tenis, y Djokovic disfruta y se motiva jugando ante miles de espectadores. Para los dos es ya un triunfo el hecho de estar en la final de Miami, segundo Masters Series de la temporada. Aunque sólo uno podrá gritar victoria. Djokovic necesita hacerlo para no caer en dos finales en dos semanas, pero Cañas lo necesita mucho más, porque el serbio tiene muchos años de finales y títulos por delante. El argentino, en cambio, se juega la razón de ser de su regreso al tenis, un deporte que lo vio como “apestado” y lo tiene ahora como figura.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.