Fueron dos, pero pudieron haber sido tres o cuatro. Incluso, si Boca hubiera completado una goleada, pocos se habrían animado a hablar de una sorpresa. Es que, una vez más, el equipo de Miguel Russo volvió a desplegar un buen rendimiento colectivo, con actuaciones individuales muy altas, y se llevó una victoria que le permite, al menos hasta hoy, compartir la punta junto a San Lorenzo. Poco pudo hacer Chicago, que terminó con un hombre menos por la expulsión de Soto y pagó caro su planteo excesivamente defensivo. Clemente Rodríguez y Cardozo, ambos en el segundo tiempo, fueron los encargados de marcar los goles para el triunfo de Boca.

A veces, tirarse muy atrás no es una buena opción. Es que cuando ese planteo se convierte en la única alternativa para oponer resistencia, uno suele quedar muy expuesto. Encima, cuando del otro lado hay un Riquelme enchufado que distribuye bien el juego, sostener el cero en el arco es una cuestión de tiempo. Eso fue lo que le pasó a Chicago. Porque después de una arranque impreciso, Boca se adueñó de la pelota y el conjunto dirigido por Carlos Ramacciotti se agrupó dentro de su campo. Todo le salía bien al local: Banega mostraba seguridad en la marca, Cardozo y Ledesma estaban rápidos por las bandas y Clemente alteraba todos los esquemas del visitante con sus continuas subidas.

Entonces, el sector derecho se convirtió en el espacio preferido para buscar el arco de Navarro Montoya. Se lo perdió Palacio con un cabezazo que salió al lado del palo. Riquelme también estuvo cerca, pero su zurdazo, previa asistencia de Palermo, se fue desviado. A esta altura, era todo de Boca. Higuaín, muy solo en la mitad de la cancha, no se podía asociar con Carranza, y Nahuelpan quedaba muy aislado. Sólo quedó tiempo para que el local coqueteara con abrir el marcador, pero el palo, primero a Palacio, y luego a Palermo, de cabeza, le negó el gol.

Poco cambió en el arranque del complemento. Chicago continuó refugiado y Boca manejaba los tiempos. Hasta que una jugada individual de Carranza alteró la tranquilidad de Caranta: el delantero se escapó por la derecha, le enganchó a Daniel Díaz y sacó un zurdazo que el arquero logró desviar. Ese fue el último intento de Chicago. Apenas iban dos minutos, y el visitante ya no volvería a inquietar a Boca. El escenario quedó listo para que llegara el primer gol del local. Y el tanto llegó: Palacio dejó solo a Cardozo, que envió un centro para que Clemente, con un derechazo alto, empezara a marcar el rumbo de la victoria. Victoria que quedó decretada unos minutos después: Cardozo se encontró con una pelota que traía Riquelme y sacó un derechazo que pegó en el travesaño y después picó dentro del arco.

Para colmo, una nueva falta de Soto sobre Palacio obligó a Pompei a dejar a Chicago con un jugador menos. Ya no hubo más partido o, al menos, dejó de existir alguna oportunidad para que Chicago llegara al empate. Entonces, fue el momento para que los jugadores de Boca se florearan delante de su gente. Palermo fue uno de los primeros en ganarse los aplausos cuando ensayó un caño. También Riquelme recibió elogios. El enganche estuvo cerca de estirar el marcador, pero sus remates desde afuera del área salieron apenas desviados. Boca, con un notable rendimiento colectivo como argumento principal, sumó un triunfo valioso y, al menos hasta hoy, comparte el primer lugar en la tabla junto a San Lorenzo.