Julio Grondona podría ser convocado al Congreso por la Comisión Especial para el Análisis, Evaluación e Investigación de la Violencia en el Fútbol antes de que se desarrolle el seminario que está organizando la AFA. En un escenario semejante, el 9 de mayo de 2000, el dirigente declaró ante la Comisión de Deportes de la Cámara baja y su exposición finalizó muy mal. Por entonces, y como quien no quería la cosa, se interrogó en voz alta: “¿Cuántos empleados de acá son barrabravas?” Esa pregunta fue interpretada como una afirmación que los diputados allí presentes no dejaron pasar. Sobre todo, el peronista Mario Das Neves, actual gobernador de Chubut. A partir de ese momento, Grondona se vio involucrado en una denuncia del ex legislador que investigó el ex juez Juan José Mahdjoubian, y en la que obtuvo un sobreseimiento definitivo en 2002. Aquel contrapunto se repetiría en las próximas semanas. Y dado el pobre nivel de conocimiento sobre el tema que expuso en líneas generales la comisión legislativa presidida por Juan Carlos Bonacorsi, del partido del comisario Luis Patti, no sería improbable que una interpelación en duros términos al presidente de la AFA concluya como aquella del 2000.