Como se trata de su deporte, Osvaldo Arsenio siente una combinación de incomodidad y decepción por las irregularidades detectadas en la Confederación Argentina de Deportes Acuáticos (Cadda). Los dirigentes de la natación recibieron una partida de dinero de la Secretaría de Deporte para adquirir ocho pasajes que se utilizaron en el viaje al Mundial de Montreal hace dos años. Con el tiempo, las autoridades nacionales se enteraron de que la Cadda ya había cobrado de la Federación Internacional (FINA) otra suma, equivalente al valor de cuatro pasajes. O sea, dinero para un mismo objetivo por dos vías diferentes. Cuando quedó en evidencia la maniobra, fue sancionada con la quita de apoyos económicos.

“Acá hubo una irregularidad administrativa que se debe averiguar y para eso la Confederación tiene un plazo. Y está obligada a responder por qué hizo la rendición de gastos de determinada manera. En qué se utilizaron esos fondos que evidentemente ya habían sido aportados por un tercero”, se interrogó Arsenio.

“Para mí la situación es muy incómoda y desgraciada porque éste es uno de los mejores momentos históricos de la natación, que sólo es comparable a un breve espacio de los ’60 en que teníamos a dos nadadores competitivos y después de ahí nos deberíamos remitir a la época de Zorrilla o Jeannette Campbell. Es doloroso y triste que haya gente que no esté a la altura de las circunstancias. La natación había recibido muchas más becas, se le mejoró la infraestructura, como el natatorio del Cenard que estaba inservible y el centro en altura de Cachi, en Salta, que tiene una pileta cubierta. Una situación así, donde el deporte había sido beneficiado porque se lo merece, requería un mejor manejo de los responsables de administrar el dinero de todos”, concluyó el funcionario indignado.