Las expectativas que tienen las organizaciones empresarias del campo con respecto a la concentración en Rosario son sin duda altamente auspiciosas. Tanto que una de las organizaciones que mayor audacia ha mostrado en su posicionamiento público, Carbap, ha contratado lujosos micros con azafatas para trasladar a la prensa extranjera, invitada a cubrir el acto.

La organización ruralista de Buenos Aires y La Pampa se comunicó, a lo largo de esta semana, con las decenas de periodistas acreditados en Buenos Aires en distintos tipos de coberturas –no exclusivamente económica o agropecuaria– para ofrecerle sus servicios de traslado y vituallas, con el compromiso de cumplir estrictamente el horario de partida –a la mañana temprano– y retorno a media tarde, de forma tal que los hombres y mujeres de prensa tengan garantía de poder realizar sus envíos desde Buenos Aires. Pese al frustrado paso que llevan las negociaciones, hay entidades que parecen estar en posición menos confrontativa con el Gobierno. Es el caso de Coninagro, con la que las autoridades del Gobierno han tendido lazos “invitándola” a que reconsidere su postura. No son argumentos sobre la justicia de las retenciones móviles o sobre la renta de hoy comparada con la de un semestre atrás lo que se les expone, sino cuestiones de negocios más concretas y directas. Los dos pilares fundamentales de Coninagro son las cooperativas SanCor y ACA. La primera, como industria láctea, se ha visto generosamente favorecida por compensaciones que, justamente, los tamberos reclaman no recibir con igual facilidad. La segunda, ACA, es la asociación de cooperativas agrícolas (de ahí su sigla) responsable de la exportación de granos para el sector. Con la prolongación del conflicto, ACA se estaría desfinanciando, lo que la descoloca frente a sus competidoras, con mucha más espalda económica, Cargill, Bunge o Dreyfus. “Ellos van a estar siempre, ACA depende de cómo resuelvan esta coyuntura”, les sugieren desde despachos oficiales.

Otra cuerda disuasoria que utilizó el Gobierno fue el contacto “extraoficial” con Hugo Biolcati, vicepresidente de Sociedad Rural y futuro titular, desde septiembre próximo. Productor lechero antes que sojero (cronológicamente hablando), fue tentado con una propuesta de solución amplia para el sector de pertenencia original, a cambio de que abandone la “solidaridad” con los prósperos cultivadores del “yuyo verde”. No hubo respuestas tajantes. Las conversaciones continuarán.