La asamblea de Gualeguaychú ratificó el corte de la ruta 136. La posibilidad de levantar el piquete contra Botnia en el acceso al puente internacional fue debatida por primera vez en la asamblea ambientalista, que resolvió mantener la medida. Los vecinos también rechazaron la idea de flexibilizar la interrupción del tránsito. Aunque admiten que hay poca presencia en el lugar del corte, dicen que todavía no encontraron “ninguna propuesta superadora”. Por otra parte, volvieron a reclamar al Gobierno que implemente acciones para impedir que la papelera se abastezca de insumos en la Argentina.

La idea de levantar la protesta de Arroyo Verde –o flexibilizarla– cobró fuerza en el último mes, en parte porque las protestas de los productores rurales concentraron toda la atención y las energías de la zona y en parte por un desgaste natural. Tras dieciocho meses de piquete, la 136 es hoy una ruta muerta: nadie intenta cruzarla.

La propuesta de salir de la ruta o flexibilizar el corte fue presentada por Luis Molinuevo ante las más de doscientas personas que se reunieron en el Teatro Municipal. Molinuevo planteó que el corte se encuentra “en un callejón sin salida que impide hacer otras cosas”, pero se topó con un rechazo cerrado: prácticamente no hubo intervenciones que lo respaldaran.

“En términos generales hubo una defensa de mantenerlo, porque Arroyo Verde es un paradigma de la lucha contra Botnia, nuestra forma de mostrar que seguimos firmes contra la papelera”, señaló Juan Veronessi, uno de los integrantes históricos del movimiento. Para José Pouler “el corte no es el motivo ni la razón de ser de la asamblea, pero sigue siendo una de las herramientas de lucha”.

Por otra parte, frente a quienes pedían una “flexibilización” que permitiera reanudar las actividades comerciales, los asambleístas aseguraron que el corte ya es “flexible” con quienes deben pasar al Uruguay por razones de salud o por motivos familiares.

El piquete sobre la ruta 136 se instaló de manera permanente en noviembre del año 2006, cuando el Banco Mundial aprobó los créditos para la papelera. La asamblea organiza además todos los años una marcha masiva al puente San Martín, y ha realizado decenas de protestas en Buenos Aires frente a la Embajada de Finlandia y en la terminal de Buquebus. Luego de la entrada en funcionamiento de Botnia, sin embargo, ha ido sintiendo los efectos del acostumbramiento. La planta está produciendo sin haber generado una catástrofe; los expertos señalan que sus efectos contaminantes se verán a largo plazo, en un lento proceso acumulativo.

Antes de cerrar su encuentro, la asamblea insistió en reclamar al Gobierno la aplicación del Código Aduanero para impedir que circulen por rutas argentinas camiones con insumos destinados a Botnia. De la misma manera, también hubo un nuevo pedido de una ley de la madera. En la provincia ya rige una norma que prohíbe las exportaciones de rollizos a las pasteras que operen en el Uruguay, y este pedido apunta a que se sancione la misma medida con alcance nacional.

La discusión sobre la efectividad del corte continuó durante todo el día de ayer en las radios locales. “No hubo una votación ni hay una postura homogénea entre los habitantes, así que son planteos que quedaron flotando y es probable que en una futura asamblea se continúen”, anticipó Veronessi.