El gobierno nacional proyecta una producción record de la industria automotriz para este año. Serán 700 mil unidades, cifra que podría crecer a un millón durante 2011-2012. Así lo indicó ayer la ministra de Industria y Turismo, Débora Giorgi. Sin embargo, no todo está tranquilo en el sector. La rápida recuperación de la actividad tras la crisis internacional reavivó las históricas tensiones al interior de la cadena de valor entre las terminales y las autopartistas. La Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) cuestiona la capacidad de las firmas autopartistas para proveer la cantidad y calidad de piezas necesarias, justificando así el elevado nivel de importaciones. Por su parte, las cámaras que reúnen a las casi 400 empresas autopartistas rechazan esos argumentos y critican la política de las diez terminales automotrices.

En el Gobierno reconocen la existencia de las tensiones en la trama industrial. “Estamos implementando diferentes programas de financiamiento para que el autopartismo nacional pueda acompañar el crecimiento de la producción de la industria automotriz, sustituyendo importaciones y generando las condiciones para avanzar en la integración local”, sostuvo Giorgi. La funcionaria encabezó ayer la ampliación de una firma autopartista en Córdoba, donde resaltó el programa de financiamiento por 400 millones de pesos para el sector, diseñado junto a la Anses, que también apunta a mejorar el nivel de exportaciones de autopartes.

La ministra está llevando adelante una serie de reuniones para acordar con las terminales la incorporación de un nivel más alto de partes locales que permita fortalecer la industria local y reducir la históricamente deficitaria balanza comercial, fundamentalmente con Brasil. Giorgi reiteró que este año se alcanzará un nuevo record en la producción automotriz al alcanzar las 700.000 unidades. “Pretendemos una industria automotriz sustentable y para eso necesitamos un sector autopartista modernizado, intensivo, con mano de obra de calidad y que exporte”, sostuvo la funcionaria y estimó que “Argentina puede alcanzar, en pocos años, una producción anual de un millón de autos y Brasil de cuatro millones, y esto nos obliga a lograr niveles crecientes de integración”. Al mismo tiempo, la titular de la cartera de Industria destacó la evolución macroeconómica local y aseguró que las tensiones comerciales con China “se arreglarán en el corto plazo”.

La disputa en el sector automotor no es nueva. Las terminales automotrices expresan públicamente su voluntad para comprar cuantas partes locales sean posibles, pero advierten que sus proveedores no tienen ni la calidad ni la cantidad suficiente. La incidencia en el precio final de los autos de las piezas nacionales oscila entre el 25 y 30 por ciento según cada terminal. “El objetivo de alcanzar las metas proyectadas para el total del año podría verse comprometido por cuellos de botella que ya comienzan a registrarse en el sector autopartista local”, sostuvo Adefa. Por su parte, una de las cámaras de productores de autopartes, Proa, salió al cruce de esas expresiones apelando a las declaradas intenciones del Gobierno por incentivar un mayor grado de participación de piezas locales en la producción de los distintos modelos.