Viernes, 11 de junio de 2010 | Hoy
EL PAíS › LOS ENCUESTADORES ANALIZAN LOS EFECTOS DEL INICIO DEL MUNDIAL EN LA POLITICA Y EN LA SOCIEDAD
Según los analistas, el torneo puede cambiar el humor social. Muchos lo emparientan con lo que sucedió durante el Bicentenario y remarcan el boom de ventas de artículos relacionados con el Mundial. Las posibles consecuencias.
Por Fernando Cibeira
La pelota echará a rodar en Johannesburgo a las 11 y por un mes ya nada será igual por estos lares, con la atención dividida en dos dimensiones: mitad en la realidad cotidiana, mitad en la pantalla de televisión. La política no escapará a la lógica y se prevé una actividad en piloto automático, con un cúmulo de metas que ya se están planteando “para después del Mundial”. Por lógica, los encuestadores sostienen que una buena actuación de la selección de Maradona irá en favor de la imagen del Gobierno, pero que –está estudiado- esas muestras de buen humor suelen ser efímeras. Sin embargo, advierten que ya desde antes se ve un cambio en el clima social –los festejos del Bicentenario fueron una muestra– que se traduce en una mejor expectativa hacia el futuro, datos que una exitosa campaña de la celeste y blanca en Sudáfrica ayudarían a apuntalar.
Según sostiene Artemio López, de la consultora Equis, sólo el 9 por ciento de los argentinos se declara prescindente del fútbol y no es hincha de ningún equipo. El dato da una idea de la masividad en el país del deporte más popular, inclinación que se profundiza cada cuatro años durante el Mundial, se podría decir que sin distinción de sexos. “Las mujeres no tienen gran interés inicial en el fútbol, pero cuando la Selección va ganando partidos enseguida se enganchan”, afirma Roberto Bacman, del CEOP. “Lo de la mujer ajena al fútbol es un estereotipo ya superado”, añade Enrique Zuleta Puceiro, de la firma OPSM.
Las analistas remarcan algunos datos para adelantar lo que se viene. Uno es la fabulosa venta de televisores LCD y alta definición durante las últimas semanas, un punto que les sirve para poner de relieve varias cuestiones: la expectativa por el torneo, la mejor situación económica en una buena franja de la población y la perspectiva optimista sobre el futuro, dado que las pantallas se compran en planes de cuotas a varios años. Sergio Berensztein, de la consultora Poliarquía, agrega el dato de una venta record de artículos de merchandising argentino. “Eso quiere decir que hay plata”, subraya.
El escenario político no puede resultar ajeno a algo que abarca a toda la sociedad, pero los analistas no coinciden en cuáles serán los efectos del maratón de partidos en la coyuntura.
Para Artemio López, el paréntesis servirá para distender el clima político por un tiempo y que eso beneficia al Gobierno porque los medios opositores dejarán de apuntarle a diario. “Habrá un desplazamiento de temas y la agenda será más benévola para el oficialismo”, es su análisis.
Según la perspectiva de Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados, la política durante este mes no se detendrá pero hará una pausa. “Los políticos no van a aparecer con noticias muy importantes. El Mundial es una fiesta que se traslada más a lo social, la política es como que hace ruido”, apunta.
Zuleta Puceiro, en cambio, no ve ninguna pausa sino un momento de efervescencia y movilización. La denomina “movilización cognitiva” porque, a diferencia del Bicentenario, cuando la gente se volcó a las calles, por ahora la movilización aquí no pasa de lo intelectual, aunque el fervor es parecido. “Habrá una gran excitación, ruptura de rutinas y mucho diálogo: ahí la política tiene una oportunidad”, afirma. Acepta que de la discusión diaria desaparecerán muchos temas de gestión –“¿Quién va a hablar del canje de la deuda?”, se pregunta–, pero la política pura seguirá, sobre todo en su versión “candidaturas para 2011”.
A propósito de candidaturas, en los últimos días se aceleró la presentación de la oferta opositora con el cruce público entre Ricardo Alfonsín y Julio Cobos en el radicalismo y la estrategia de candidato único que planteó el peronismo disidente. Aquí los analistas ven una conjunción de factores: el apuro por el inicio del Mundial y la puja por posicionarse cuanto antes como el principal competidor del Gobierno.
“Todos los cronogramas se ajustaron de acuerdo al Mundial”, acepta Rouvier. “Es cierto, hay una idea de ‘hagamos algo antes porque durante el torneo no se puede hacer nada’”, coincide Analía Del Franco, de Analogías. Pero destaca que también el triunfo de Alfonsín en la interna del radicalismo bonaerense actuó como disparador.
“El PJ disidente se asustó e hizo algo para no perder el lugar de la oposición”, indica Berensztein. Y vuelve a aquello del “cambio de clima” en la sociedad respecto del Gobierno y el reposicionamiento de Néstor Kirchner como eventual candidato, datos todos que obligaron a la oposición a apurar sus tiempos para no perder el tren.
Esta vez Artemio López coincide: “Alfonsín surgió de la interna con mayores chances de armar alianzas electorales y arrebatarle al peronismo disidente el papel opositor, de ahí la necesidad de este espacio de generar noticias. El inicio del Mundial jugó un papel, pero marginal”.
Bacman aporta un dato: la selección de Maradona y Messi es la que genera menos adhesiones de los últimos mundiales.
En estos días ascendió del 42,7 al 45 por ciento de opiniones positivas, mientras que un 35 por ciento cree que volverá de Sudáfrica con la copa del mundo. El encuestador recuerda que los equipos de Marcelo Bielsa o José Pekerman arrancaron en las anteriores citas mundialistas una popularidad de alrededor del 70 por ciento.
Pero no hay mal que por bien no venga. Que la Selección viaje con pocas expectativas sobre sus espaldas puede ser beneficioso en caso de un fracaso, porque será menor la decepción. Por otro lado, Bacman imagina que si los primeros partidos marchan bien o si pasa de ronda, la popularidad del combinado celeste y blanco se disparará, igual que el fervor.
Los consultores coinciden en que una buena campaña de la Selección redundará en un mejor humor social, una situación que emparientan con el fenómeno registrado con los festejos por el Bicentenario. “Cuanto mejor le vaya, mejor ánimo y mejor clima social para disipar la mala onda que disparan los medios”, sostiene Artemio López, para quien “la prolongación del espíritu de fiesta cambia la agenda”.
“Genera un clima de buena onda que se puede aprovechar”, también cree Del Franco. Para Zuleta Puceiro ese clima es para que lo aproveche cualquiera, no sólo el oficialismo. “Macri o De Narváez también, cualquiera que pueda aparecer como alguien nuevo y positivo. Lo único que quedaría afuera sería un discurso negativo como el de Carrió”, apunta.
Salvo una catástrofe temprana que por ahora nadie tiene en agenda, los analistas ven días de un fervor inusual por delante. “La Selección genera un fenómeno extrafutbolístico, promueve la participación por un tema de identidad, por eso se suma más gente que la que suele estar interesada en el fútbol”, analiza López. Berensztein lo relaciona con el Bicentenario en cuanto hay unas figuras a las que “endiosar” –Maradona y Messi en reemplazo de San Martín y Belgrano–, mientras que el resto de la sociedad se puede ver igualada en el clímax celeste y blanco. “Y si llegamos a la final va a ser incluso más dramático que el 25 de Mayo. Aquello fue más que nada de la ciudad de Buenos Aires, lo de la Selección es de todo el país”, concluye.
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