Jueves, 29 de junio de 2006 | Hoy
ECONOMíA › NO VE RIESGOS POR LA AGITACION FINANCIERA INTERNACIONAL
Auguró crecimiento sostenido por un largo período, defendió el superávit fiscal, “una vacuna” contra una eventual crisis internacional. “Es primordial mantener estos resultados”, dijo.
Por Claudio Zlotnik
A pocas horas de que Estados Unidos vuelva a subir la tasa de interés, Felisa Miceli llevó tranquilidad a los agentes económicos. Minimizó el impacto de la mayor convulsión en los mercados financieros y dio un pronóstico: “Por primera vez en muchas décadas, la Argentina tiene la perspectiva de crecer sostenidamente por un largo período”. La ministra cerró anoche el seminario del Cefid-Ar, el centro de Estudios que ella misma fundó hace dos años. Durante el discurso, Miceli volvió a hacer una encendida defensa del superávit de las cuentas públicas, ya que funcionan como una vacuna contra una eventual crisis internacional.
Durante toda la jornada de ayer, el salón de actos del Banco Nación –el mismo que en otra época era utilizado por Domingo Cavallo para buscar el respaldo de banqueros y operadores de la city a su gestión– sirvió para conmemorar el aniversario del Cefid-Ar y para debatir sobre el futuro de la economía y el rol de la banca pública.
Al cierre, Miceli dejó entrever que la economía argentina se encuentra de alguna manera blindada frente a la incertidumbre internacional. Los superávit fiscal y externo mantienen alejada a la Argentina de los mercados financieros. “Resulta primordial para el Gobierno mantener estos resultados económicos”, resaltó la funcionaria.
La suba de la tasa que esta tarde anunciará la Reserva Federal (banca central estadounidense) se inscribe en un marco de incertidumbre sobre la suerte del rumbo económico de ese país. Una desaceleración abrupta del ciclo, en un contexto de suba de tasas en Europa, impactaría negativamente sobre la economía global. Ayer, Miceli habló de “desbalance global”. Pero desestimó la chance de que una profundización de los problemas afecte a la Argentina. “Ahora la Argentina es significativamente menos vulnerable a los shocks externos e internos”, subrayó. De paso, demandó que los países desarrollados “sean coherentes” y dejen de lado el proteccionismo comercial.
En línea con los últimos discursos presidenciales, la ministra de Economía se mostró amigable con la llegada de inversión directa. “El aliento a la inversión, que permita ganar competitividad a la producción nacional, es una prioridad para este Gobierno. Y debe ser vista en el contexto más amplio de su contribución al desarrollo equitativo y sustentable”, dijo Miceli.
Antes que Miceli, hubo un panel integrado por los representantes de los bancos estatales. Martín Lousteau (presidente del Banco Provincia), Eduardo Hecker (Ciudad) y Esteban Dómina (BICE) coincidieron en que la banca pública debe hacerse cargo de su rol de “testigo” del resto del sistema financiero. Cada uno dio ejemplos de cómo la banca pública pasó a la ofensiva después de la crisis, luego de varios años en que hubo presiones para su privatización.
Lousteau aseguró que en relación con enero-mayo de 2005, en los primeros cinco meses de este año, el otorgamiento de créditos del Bapro se expandió nada menos que un 50 por ciento. La mayoría se dirigió a pymes (7 mil empresas recibieron préstamos por 500 millones de pesos); productores del campo (150 millones) y créditos para individuos. Sobre este último punto, en lo que va del año se entregaron 10 mil líneas por un total de 600 millones de pesos. “Son familias que antes no tenían posibilidad de comprarse una vivienda”, afirmó Lousteau.
Hecker, que en las próximas semanas dejará el Ciudad, aseguró que, en la actualidad, la banca pública es más rentable que la privada. “Eso nos hace más fuertes. Tanto, que el 42 por ciento de los créditos hipotecarios dados en la ciudad de Buenos Aires este año los otorgó nuestra entidad”, apuntó. Dómina, presidente del BICE, dejó picando una propuesta: que haya una alianza entre bancos públicos y privados para lanzar una “banca de desarrollo”, con el objetivo de financiar exclusivamente los proyectos que elaboren las pequeñas y medianas empresas. Desde el Banco Nación, uno de sus directores, Esteban Acerbo, aseguró que la entidad se muestra muy activa en ese segmento: “En los últimos tres años, los créditos a las pymes pasaron de ser el 16 por ciento al 40 por ciento de la capacidad prestable del banco”, reveló.
Por último, Leonardo Bleger, del Credicoop, en representación de los cooperativos, planteó varios desafíos para el sistema: uno de ellos es revertir la tendencia de los ’90 y democratizar la llegada de los créditos.
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