Controlar a los delanteros argentinos y cortar la racha histórica ante los rivales tradicionales son las dos premisas que preocupan en el bunker alemán a 36 horas del trascendental encuentro de los cuartos de final. Recuperados Michael Ballack y Miroslav Klose de las molestias que los llevaron a entrenarse de manera diferenciada y confirmados para el encuentro de mañana, la calidad de los atacantes argentinos pasó a ser el eje de todos los análisis en el campamento alemán.

“Son delanteros buenísimos, todos diferentes pero muy difíciles de marcar”, comentó ayer Klose, el goleador del conjunto alemán y del certamen con cuatro goles. “Saviola es muy veloz, Crespo puede no tocar la pelota pero aparecer para definir el partido, Messi es rápido y muy hábil, lo mismo que Tevez”, senaló Klose en su contacto con la prensa en el centro de convenciones de Berlín. El atacante de origen polaco dejó en claro una de las preocupaciones de Alemania: la cantidad de variantes de primera clase que puede tener el conjunto argentino, con dos duplas del mismo nivel.

Joachim Löw, el ayudante de Jürgen Klinsmann, también hizo referencia a esa situación, aunque ponderó la capacidad de los defensores alemanes, de los que dijo que deberán mantener la concentración durante los 90 minutos para no pasar sobresaltos. “Argentina tiene delanteros muy veloces, difíciles de controlar en el uno contra uno. Pero nuestros defensas Mertesacker y Metzelder ya demostraron que también son rápidos y pueden detener a atacantes de ese nivel”, señaló la mano derecha de Klinsmann, un ex futbolista sin demasiado cartel pero con una importancia llamativa en el cuerpo técnico alemán. Es que el ex jugador de Stuttgart y Eintracht Francfort, entre otros equipos, está casi a la altura de Klinsmann como voz de mando.

Un aspecto que no cae bien en el campamento alemán es la referencia a la cantidad de años que la selección germana no consigue una victoria ante una potencia mundial. Desde que derrotó en 2000 a Inglaterra como visitante 1-0 en las eliminatorias para Japón y Corea. Luego de ese encuentro, cosechó diez derrotas y seis empates ante las demás potencias. “Ese no es mi tema”, cerró tajante Löw cuando se lo consultó sobre la cuestión y sobre si su equipo sentía presión en ese aspecto. En cambio, Klose y el arquero Oliver Kahn fueron más diplomáticos. “Muchos de los jugadores no estaban cuando se inició esa serie de resultados”, señaló Klose, mientras que Kahn le restó toda trascendencia al tema. “Tenemos una historia muy favorable en penales, podemos clasificarnos sin ganar”, señaló el arquero suplente, que negó tener una mala relación con el titular Jens Lehmann ni con Klinsmann. “Soy un deportista y quiero competir. Si un jugador no estaría molesto si no juega, tendría que irse del Mundial. Pero eso no quiere decir que no quiera sumar mi granito de arena para ser campeón”, comentó el mejor jugador del Mundial 2002.