Jueves, 29 de junio de 2006 | Hoy
Por J. J. P.
Desde Nuremberg
La pregunta se repite casi como en un casete; la respuestas también. La pregunta es ¿qué sabe usted de la Argentina? La respuesta es, por lo general, un lapidario “nada”, que naturalmente pega en el medio del ego, aunque no mucho porque ya hace rato que nos dimos cuenta de que no somos el centro del mundo ni algo que se le parezca. No lo dicen molestos ni agresivos los alemanes; todo lo contrario, hasta parecen culposos de su desconocimiento. Apuntamos en distintas direcciones, personas de distintas edades y de diversos status, al menos en apariencia. Más allá de las múltiples caras de vacas, también recogimos balbuceos, palabras sueltas y hasta respuestas largas y concretas.
El más informado de todos, en nuestro modesto relevamiento, fue un inspector de subte, uno de esos que vulgarmente conocemos como “chancho”.
Dijo el hombre: “Oh, Argentina, el presidente es Kirchner, hace muchos años estuvo Perón, que para algunos era un dictador y para otros un presidente muy popular. La mujer se llamaba Evita y era muy querida por la gente. Gran país la Argentina. Grande en extensión, sobre todo. Y con muchas riquezas en su suelo. La capital es Buenos Aires, una ciudad muy linda”.
Daban ganas de decirle “siéntese, chancho, tiene diez”, pero en realidad no estábamos tomando examen a nadie. Tampoco al jovencito de la librería del centro de Nuremberg que mencionó a “Vergas Llosa” como un escritor argentino conocido.
Varios pibes que volvían de la escuela se desacomodaron con la pregunta. Dijeron algo de Messi, pero cuando aclaramos que nos referíamos a la Argentina al margen del fútbol, ahí se quedaron sin referencias. Una señora mayor, testigo de la escena, salió en ayuda de los pibes y dijo algo más o menos así: “Argentina tiene a Maradona, un gran cantante”. Los chicos quedaron tan confundidos con la situación que empezaron a caminar en el sentido contrario al que llevaban...
La empleada de la oficina de informes para turistas dijo “Maradona”, enseguida dijo “Buenos Aires” y ya no pudo seguir. A su lado, un compañero agregó: “la carne más rica del mundo”.
Una hermosa joven parecida a Marlene Dietrich en su apogeo pensó durante algunos segundos y después lanzó, como al voleo, preguntando “¿Buenos Aires?, ¿los gauchos?, ¿los caballos?”. Enseguida aclaró que, de fútbol, no entendía mucho.
Un joven vendedor de souvenirs del Mundial mencionó a Reutemann y a Fangio y aclaró (aunque no hacía falta) que era un amante del automovilismo; la encargada del Museo del Juguete, que alguna vez estuvo en Buenos Aires, recordó la pizzería Los Inmortales y preguntó por el Obelisco, pero no supo decir quién era el actual presidente. “¿Menem vive todavía?”, quiso saber. Lo mismo había preguntado antes un anciano en el tranvía, pero de Perón. Fue el mismo que dijo saber que muchos alemanes se habían refugiado en la Argentina después de la guerra.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.