Miércoles, 7 de mayo de 2008 | Hoy
EL MUNDO › SE ACABAN LAS PRIMARIAS Y AúN NO HAY UN CLARO CANDIDATO DEMóCRATA
El senador por Illinois obtuvo un rotundo triunfo en Carolina del Norte y la ex primera dama ganaba en Indiana por un margen estrecho de cuatro puntos. Con su desempeño de ayer, el candidato está en mejor posición de impresionar a los superdelegados en la convención del partido.
Barack Obama tuvo una buena noche. Arrasó en Carolina del Norte y casi le roba la victoria a Hillary Clinton en Indiana. Al cierre de esta edición y con un 84 por ciento escrutado, la senadora neoyorquina se imponía con un 52 por ciento contra un 48 por ciento. A pesar del ajustado resultado y el suspenso de los medios que se negaban a darla como ganadora anoche, Obama no dudo en felicitarla en su discurso, frente a una multitud exaltada. Ella, en cambio, decidió esperar al final del escrutinio, para poder celebrar sin miedos. En Carolina del Norte, la historia fue otra. Con el 66 por ciento escrutado, el joven senador de Illinois ganó con un 56 por ciento, dejando a la senadora neoyorquina lejos con un 42 por ciento. Los resultados de ayer no cambiarán sustancialmente la carrera por la candidatura demócrata, pero sí fortalecerán la imagen de Obama frente a los superdelegados, quienes en definitiva serán los que decidan en la Convención Nacional en agosto.
Como sucedió en las primarias anteriores, la división por raza, clase social y edad fue muy clara. En Carolina del Norte, el 25 por ciento de la población negra respondió fielmente al primer candidato negro con verdaderas posibilidades de llegar a la Casa Blanca. En Indiana, en cambio, la elección la ganó la economía. Como en Ohio y Pennsylvania, Clinton convenció a los obreros y los empleados de que ella tenía la llave para salir de la cada vez más innegable recesión. Pero a pesar de haberse llevado la victoria, la ex primera dama sigue sin conseguir ventajas tan contundentes como las de su rival. Según los analistas estadounidenses, Obama ganó terreno a último momento en Chicago y los alrededores, una de las pocas zonas del estado donde la comunidad negra es fuerte.
Los votantes de Indiana y los de Carolina del Norte no están acostumbrados a tantas cámaras de televisión ni a participar en decenas de encuestas las semanas previas a las primarias. Normalmente cuando les toca votar, todo está cocinado, como sucede con los republicanos. Por eso ayer a la mañana los centros de votación de Indianapolis, la capital estatal, estaban llenos. “Media hora después de la apertura de las oficinas de votación, había más votantes de lo que registramos habitualmente a media jornada”, había dicho sorprendida Cordellia LewisBurkes, una de las observadoras que fiscalizó los comicios.
En Carolina del Norte la participación también fue récord. Por problemas de logística, los centros allí abrieron media hora más tarde de lo habitual. El resultado fue que por primera vez en décadas los demócratas esperaron hasta una hora para emitir su voto y lo hicieron sin quejarse. Según el diario británico The Independent, además de la efervescencia demócrata y el interés de los independientes, algunos de los que engrosaron los padrones ayer eran republicanos. Lejos de haber atravesado una conversión ideológica, los tradicionales rivales reconocían que habían ido a apoyar a Clinton para extender la agonía demócrata.
Según la página web independiente RealClearPolitics, Obama contaba hasta ayer con 1.747 delegados contra los 1.608 de Clinton. Para obtener la candidatura del partido necesitan 2.025. Los 72 (12 superdelegados) delegados que otorga Indiana y los 115 (19 superdelegados) que están en juego en Carolina del Norte poco podrán hacer para imponer un claro ganador y, como adelantaban ayer los analistas estadounidenses, tampoco lo harán las primarias que quedan por delante. Entre las seis, suman apenas 217 delegados.
Pero a pesar de los pronósticos, Obama y Clinton siguen haciendo campaña como el primer día. El senador de Illinois hizo su cierre el lunes a la noche en el centro de Indianapolis. La ex primera dama también optó por hacer su cierre en la capital. “Lucho por el empleo, el empleo, el empleo”, había insistido la senadora neoyorquina, intentando asegurarse otra vez el apoyo de los trabajadores y los empleados de clase media y media-baja en uno de los estados más pobres del país.
Más allá de los resultados de ayer, la imagen de Clinton comenzó a mejorar en las últimas semanas. Por primera vez en los últimos tres meses la ex primera dama está por delante de Obama en las encuestas nacionales. Según un sondeo de Gallup publicado el lunes por el diario USA Today, le ganaría por siete puntos porcentuales e incluso sería mejor candidato para enfrentar al republicano John McCain.
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