Domingo, 28 de septiembre de 2008 | Hoy
EL MUNDO › EL GOBIERNO DE BUSH NO CONSIGUE QUE EL CONGRESO APRUEBE SU PLAN DE RESCATE
Las negociaciones entre el gobierno estadounidense y el Congreso se siguen dilatando. Hoy es un día crucial para llegar a un acuerdo. La mayor resistencia sigue partiendo de legisladores republicanos aferrados a los principios de libre mercado.
Las negociaciones sobre el plan de salvataje a los bancos afectados por la crisis financiera tendrán hoy un capítulo crucial. El gobierno de George Bush reclamó ayer que las discusiones no se dilaten más, a fin de que se llegue a un entendimiento antes de la apertura de los mercados asiáticos de mañana. Sin embargo, la administración sigue encontrando resistencia en su propio partido. Los líderes republicanos en la Cámara de Representantes volvieron a exigir cambios al paquete de ayuda de Wall Street. Se resisten “por principios” a una intervención del Estado, llevando su concepción neoliberal a un extremo que podría ser fatal para el sistema financiero estadounidense, con repercusiones incalculables en demás naciones centrales contagiadas con el mismo virus.
Los diputados republicanos plantearon ayer que quieren que se mantengan los principios del libre mercado y se proteja a los contribuyentes. En tanto, el candidato presidencial demócrata, Barack Obama, volvió a manifestar su apoyo al programa de rescate, aunque con reservas. Todo quedó postergado para hoy.
“El rescate no debería hacerse a costa de los contribuyentes estadounidenses”, enfatizó John Boehner, líder de los republicanos en la Cámara de Representantes. “Es importante actuar, pero con buen criterio”, agregó. Por su parte, Roy Blunt, el principal negociador de ese grupo de republicanos, afirmó que no aceptaría “fechas límite artificiales”. Fue en respuesta a un pedido del gobierno, que asegura que es indispensable terminar de definir el programa antes de la apertura de los mercados internacionales de mañana.
Por su parte, la presidenta de la Cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi, indicó que espera que ese cuerpo pueda votar el plan “mañana (por hoy) por la noche o el lunes por la mañana”. “No vamos a irnos hasta que aprobemos un proyecto de ley”, subrayó, lo que muestra que los demócratas son los más interesados en encauzar la situación lo antes posible. El republicano Blunto insistió en que la iniciativa “debe responder a los principios del libre mercado”. Los republicanos quieren que, en lugar de comprar deuda de mala calidad de los bancos, el Gobierno coordine un fondo con dinero privado que ofrezca garantías de pago de esos títulos.
Los demócratas se muestran dispuestos a incorporar esa idea al programa final, aunque sólo como una de las opciones a disposición del Departamento del Tesoro y no como una alternativa al plan original. Por ahora, esa dependencia, a cargo de Henry Paulson, se niega a aceptar los cambios que postulan legisladores republicanos. A su vez, esos diputados exigen que salga del proyecto de ley que manejan los demócratas una cláusula que permitiría a los jueces modificar los términos de las hipotecas de personas en quiebra para permitirles quedarse en su casa.
Bush, en tanto, aseguró ayer que el rescate financiero terminará costando menos de los 700.000 millones de dólares que la Casa Blanca pidió al Congreso. Explicó a los norteamericanos que, según el punto de vista de sus asesores económicos, “el costo final del plan será mucho menos que 700.000 millones de dólares” con los que se comprarán los activos “tóxicos” detrás de la crisis, respaldados por créditos hipotecarios blandos.
En un mensaje radial, el mandatario estadounidense señaló que con esos valores el gobierno piensa descongestionar el sistema financiero y el flujo del crédito, “aún tienen un valor intrínseco importante porque la gran mayoría de las personas eventualmente liquidarán sus hipotecas”. Bush afirmó que muchos de los valores que el gobierno compraría “probablemente subirían de precio con el paso del tiempo”, lo que significa “que el gobierno podría recuperar gran parte del gasto original, o incluso todo”.
Obama, que encabeza las encuestas, reiteró ayer su apoyo al paquete de salvataje, pero advirtió que no será aprobado si no incluye mecanismos de “supervisión”. “Si no actuamos pronto, sus empleos, sus ahorros y su seguridad económica estarán en riesgo”, dijo Obama a sus seguidores durante un acto en Greensborough, en Carolina del Norte. Pero advirtió que fue “la falta de supervisión en Washington y en Wall Street lo que nos llevó a este desastre”. “Los ciudadanos que compraron sus viviendas con los préstamos blandos también merecen un plan de salvataje”, completó.
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