El presidente uruguayo Tabaré Vázquez renunció al Partido Socialista (PS) a pesar de las súplicas de sus compañeros. La decisión la tomó hace diez días, pero recién se conoció ayer de boca del vicepresidente, Rodolfo Nin Novoa. Según informó, Vázquez le envió una carta al secretario general del PS, Eduardo Fernández, comunicándole su desafiliación. “Doy este paso ante el pronunciamiento del Congreso (del PS), como hombre disciplinado y por respeto a los miembros del partido”, escribió el mandatario. Hace poco más de una semana, la cúpula socialista había rechazado el veto presidencial que había frenado la despenalización del aborto. En ese mismo encuentro la fuerza también había lanzado la candidatura presidencial del ministro de Industria y Energía Daniel Martínez, en contra de los deseos de Vázquez que apoya a su ex ministro de Economía Danilo Astori.

Los dirigentes socialistas hicieron y harán lo imposible para evitar la salida de Vázquez. El secretario general guardó silencio sobre la carta, creyendo que podía convencer al presidente más popular de la historia uruguaya. Pero el anuncio de ayer de Nin Novoa los obligó a reconocer la ruptura. La senadora y promotora del proyecto de ley para despenalizar el aborto, Mónica Xavier, aseguró que la renuncia del presidente es un golpe durísimo para el partido y que intentaron todo para evitarlo. “Le explicamos que más allá de diferencias puntuales, como es el caso del tema del aborto, el presidente tiene todo el respaldo del Partido Socialista”, señaló la legisladora, quien comparte con Vázquez la profesión de médica.

El presidente del PS y ex canciller durante los primeros tres años del gobierno del Frente Amplio, Reinaldo Gargano, tampoco entiende la decisión del mandatario. “La verdad es que no esperábamos una reacción así. El presidente conocía la postura histórica del partido sobre el aborto”, le dijo a este diario. Además, continuó, no fueron sólo los socialistas los que criticaron el veto de Vázquez.

Por eso, los socialistas mantienen sus esperanzas. Anoche, el Comité Ejecutivo del partido se reunió con el objetivo de rechazar la renuncia de Tabaré y redoblar los esfuerzos para volver a acercarse a él. Para Gargano el vínculo no se terminó de romper aún. “Después de todo, hay socialistas en el gobierno”, aseguró, y mencionó al ministro del Interior, el de Industria y Energía, y al subsecretario de Defensa.

Ayer los medios uruguayos habían puesto en el centro de la tormenta al ministro de Industria y Energía, Daniel Martínez. Todas las autoridades socialistas lo negaban y Vázquez no lo mencionó en su carta. Sin embargo, la designación de Martínez como el precandidato presidencial del socialismo para las internas del FA no era lo que Vázquez quería. En más de una ocasión el mandatario había asegurado públicamente que la mejor fórmula para volver a ganar la presidencia el año próximo debía incluir a sus ex ministros de Economía, Danilo Astori, y de Agricultura, José Mujica.

Tampoco escondió sus intenciones de que fuera el primero quien liderara la boleta presidencial. Astori no es el favorito entre la mayoría de los partidos del FA y, por eso, hace meses que él y sus aliados se esfuerzan en ganar popularidad antes del congreso nacional del próximo 13 y 14 de diciembre. La decisión de los socialistas de presentar un tercer candidato, que además es bien visto por la mayoría de la coalición e incluso por Mujica, no hizo más que poner piedras en el difícil camino del presidente y su delfín.

Según el senador frenteamplista Alberto Couriel el único que dentro de diez días puede conseguir los dos tercios necesarios en el Congreso Nacional es el ex líder tupamaro. “Es muy posible que salga la candidatura de Mujica, pero eso no significa que la historia termina ahí. Sin dudas habrá internas y allí se pondrán sobre la mesa las candidaturas de Astori y Mujica”, aseguró en conversación telefónica con Página/12.

La incógnita que surge ahora es qué efecto tendrá en el Congreso del FA la decisión de Vázquez. “Es una decisión que va a afectar al Frente Amplio”, había advertido el vicepresidente uruguayo, al informar de la renuncia. Para Couriel, sin embargo, el efecto no va a ser inmediato. “No es un tema menor, pero no creo que cambie demasiado las cosas a diez días”, sostuvo el senador.