El gobierno ruso detuvo ayer a dos sospechosos del asesinato del político opositor Boris Nemtsov, quien fue baleado por la espalda semanas atrás en las inmediaciones del Kremlin. El jefe del Servicio de Seguridad de Rusia (FSB), Alexander Bortnikov, manifestó que los sospechosos arrestados proceden de la zona del Cáucaso Norte, aunque la oposición muestra desconfianza respecto de la culpabilidad de los detenidos.

Los sospechosos del asesinato fueron identificados como Zaur Dadáiev y Anzor Gubashev, si bien las autoridades informaron que las detenciones no implicarán el cese de las actividades de investigación. Bortnikov, quien recordó que el FSB se tomó en serio la investigación del caso, aseguró que el presidente ruso, Vladmir Putin, fue inmediatamente informado respecto de los resultados de las pesquisas. “Según los datos de la investigación, los detenidos participaron tanto en la organización como en la ejecución del asesinato”, precisó el Comité de Instrucción de Rusia (CIR) en un comunicado. “Continúa el trabajo para desenmascarar a los individuos implicados de una u otra forma en el crimen”, dijo Vladmir Markin, portavoz del CIR, quien destacó además el corto plazo que se necesitó para lograr “los primeros éxitos” en la investigación. “Tras el crimen, casi de inmediato, las fuerzas de seguridad encontraron buenos rastros para esclarecer este caso”, aseguró el vocero. En particular, Markin destacó el hallazgo del automóvil en el que los criminales se dieron a la fuga y donde la policía encontró material que permitió localizar a los sospechosos, a lo que se sumaron los retratos robots obtenidos a partir de las imágenes de las cámaras de seguridad”, explicó el vocero del CIR.

Boris Nemtsov fue asesinado de cuatro balazos por la espalda cuando caminaba por el puente Moskvoretski, emplazado sobre el río Moscova, a escasos metros de la sede del gobierno ruso. El o los asesinos dispararon desde un automóvil Lada Priora blanco que fue más tarde encontrado junto a la popular calle peatonal Arbat, a unos pocos kilómetros del lugar del crimen.

El abogado de Nemtsov, Vadim Prójorov, celebró la noticia pero no se mostró satisfecho con lo realizado hasta ahora. “Tanto yo como la familia de mi cliente deseamos que los detenidos confiesen, ya que no nos resulta suficiente que los detenidos sean acusados formalmente”, dijo.

El asesinato de Nemtsov conmocionó a la oposición rusa, entre la que se considera la posibilidad de que el crimen fuera ordenado por el Kremlin como represalia por las tenaces críticas de Nemtsov contra el presidente Vladmir Putin. Nemtsov, de 55 años, trabajaba en un informe sobre la participación del ejército ruso en el conflicto en el este de Ucrania. La oposición plantea que la muerte del ex viceprimer ministro en una zona de alta seguridad cercana al Kremlin no habría sido posible sin la participación de funcionarios públicos, y podría ser un intento de asustar a otros rivales del gobierno. En este aspecto, la policía ucraniana puso bajo protección a Anna Durizkaya, principal testigo del asesinato de Nemtsov. Durizkaya caminaba junto al político opositor cuando éste recibió los cuatro balazos. Sin embargo, la testigo declaró ante las autoridades rusas no haber visto a ninguno de los asesinos, dado el estado de conmoción en el que se encontraba en el momento del crímen.

Uno de los principales aliados de Nemtsov en la oposición, Ilya Yashin, cuestionó que los detenidos sean los verdaderos responsables del crimen. “La tarea clave de los investigadores es encontrar y procesar a los que ordenaron este asesinato. Si todo acaba con la detención de chivos expiatorios, independientemente de que sean o no los verdaderos asesinos, sin ninguna duda la práctica de los asesinos políticos continuará”, afirmó Yashin.

Algunos asesinatos anteriores de personas críticas con el gobierno ruso, y en especial la muerte de la periodista Anna Politkovskaya en 2006, se vieron seguidos de amplias críticas, porque no se identificara ni se procesara a los que ordenaron los crímenes. Los detractores de Moscú creen que la agresiva propaganda nacionalista en la televisión estatal, que muestra a Nemtsov y otros liberales como secuaces de Occidente, ayudó a preparar el terreno para su asesinato. “La atmósfera de desquiciada agresión creada por la televisión estatal ha indicado que uno puede hacer lo que quiera a las personas que expresan una opinión diferente, y esto beneficiaría a la madre patria”, expresó Dimitry Muratov, editor de Novaya Gazeta, un medio crítico con el Kremlin.

Sin embargo, el máximo organismo investigador ruso afirmó estar considerando varios motivos para el crimen, incluyendo que se tratara de un intento de dañar la imagen de Putin. El CIR también mencionó otras posibles hipótesis, si bien opinó que la que tiene más peso se vincula al extremismo religioso. “Hay datos que evidencian que Nemstov recibió amenazas por su visión particular respecto del ataque contra la sede del diario Charlie Hebdo en París”, dijo Vladmir Markin, el portavoz del CIR. El presidente ruso exigió al Ministerio del Interior prevenir crímenes políticos como el de Nemtsov. “Hay que liberar de una vez por todas a Rusia de la vergüenza y de las tragedias como la que hemos visto y sufrido recientemente”, dijo el mandatario.