El líder de la autoproclamada república de Donetsk, Alexandr Zajarchenko, afirmó ayer que las milicias separatistas retiraron todo el armamento pesado de la zona de separación de fuerzas en el este de Ucrania. Además, acusó a Kiev de seguir atacando a Donetsk, principal bastión de los rebeldes.

Zajarchenko afirmó que el ejército que él dirige retiró todo el armamento de más de 100 milímetros de calibre y entregó a la OCSE un informe con todos los datos sobre los nuevos lugares de emplazamiento. No obstante, culpó a Kiev de no interrumpir los ataques pese al alto el fuego que rige desde el pasado 15 de febrero, a partir de los acuerdos de paz de Minsk. “El tratado es una gran victoria para la República Popular de Donetsk. Ucrania, como país, intenta solucionar todo por la vía militar, sigue insistiendo en una solución de fuerza para el conflicto y tiene intención de hacerlo en breve”, agregó el dirigente separatista.

Por su parte, el mando militar ucraniano informó ayer de que continúa el repliegue del armamento de gran calibre y que el viernes comenzó la retirada de las lanzaderas de misiles Uragán, que serán transportadas en tren a sus nuevos lugares de emplazamiento. “Llevamos haciéndolo varios días. Cada día retiramos armamento pesado y esperamos que esto también lo haga nuestro enemigo”, dijo Igor Lisenko, portavoz del mando militar ucraniano. Anteriormente, ya habían retirado de una franja de varias decenas de kilómetros de profundidad los cañones antitanque Rapira a partir del 26 de febrero; las piezas de artillería Akatsia desde el 4 de marzo; y las lanzaderas Grad, las más temidas por la población local, desde el 5 de marzo. Esto fue confirmado en el informe de la misión de la OCSE (Organización para la Seguridad y Cooperación Europea), que constató el desplazamiento de convoyes ucranianos con armamento hacia localidades situadas a 40 kilómetros de la localidad de Donetsk.

No obstante, ambos bandos advierten que están preparados para devolver el armamento pesado a sus anteriores posiciones en caso de que la otra parte rompa el alto el fuego en vigor desde mediados de febrero y lance una nueva ofensiva.