Viernes, 4 de septiembre de 2015 | Hoy
EL MUNDO › PERDIO EN EL MAR A SU ESPOSA Y A DOS HIJOS
El padre del niño ahogado relató el dramático naufragio en el que perdió a su mujer y sus dos hijos. Abdullah Kurdi (foto), el padre del pequeño Aylan Kurdi, exigió a la comunidad internacional que haga lo posible para evitar sufrimientos como el suyo. El drama migratorio se volvió a repetir en Hungría, donde la compañía estatal ferroviaria (MAV) canceló de forma indefinida los servicios de trenes que parten desde Budapest con destino al oeste de Europa, luego de que una formación que partió repleta con cientos de refugiados fuera detenida por las autoridades al oeste de la capital.
Kurdi expresó que quiere llevar los cuerpos sin vida de sus hijos y su esposa a la ciudad siria de Kobani. Ahora su deseo es enterrar los cuerpos de sus familiares, que perdieron la vida en su intento de alcanzar la isla griega de Kos, en el mar Egeo, desde una playa cercana al balneario turco de Bodrum. “Quiero que el mundo entero nos escuche desde Turquía, donde hemos llegado escapando de la guerra”, dijo. “Hago esta declaración para evitar que otras personas tengan el mismo sufrimiento que yo”, señaló. Kurdi contó que la familia había pagado una suma a traficantes para que organizaran la travesía. “Pero la guardia costera nos detuvo y después nos liberó. Esta vez nosotros mismos conseguimos el bote y empezamos a remar hacia la isla”, dijo. “Después de alejarnos unos 500 metros de la costa, empezó a entrar agua en el bote y cundió el pánico. Algunos se pusieron de pie y el bote volcó. Yo sostenía a mi mujer de la mano”, recordó entre lágrimas. “Las manos de mis dos niños se soltaron de las mías, intentamos quedarnos en el bote. Todo el mundo gritaba en la oscuridad.”
Kurdi relató cómo, fijando la mirada en las luces, consiguió nadar hasta la costa. “Cuando llegué, comencé a buscar a mi familia. Llegué a Bodrum y no pude encontrarlos. Luego fui al hospital y me enteré de las noticias”, dijo. En sus declaraciones a periodistas frente al Instituto Forense de Mugla, Kurdi contó que recibió una oferta de asilo en Canadá, pero decidió rechazarla.
La autora de la foto, la periodista Nilufer Demir, dijo que sintió escalofríos cuando vio el cuerpo del pequeño con su remera roja. “No podía hacer nada por él. Lo único que podía hacer es que su grito fuera oído en el mundo, y lo hice con su fotografía”, dijo.
Mientras tanto, en Budapest, cientos de refugiados ingresaron a la carrera a la estación y abarrotaron a golpes y codazos los vagones. Después del incidente, las autoridades anunciaron la cancelación de todos los trenes internacionales por razones de seguridad. Los agentes de seguridad volvieron al lugar, cerraron las puertas del tren con destino a Sopron, cerca de la frontera con Austria.
Al llegar a la ciudad de Bicske, al oeste de la capital húngara, el tren fue detenido por la policía. Los agentes intentaron bajar a los cerca de 300 migrantes para después trasladarlos en autobuses a centros para refugiados, aunque algunos se negaron. Después de varios intentos fallidos, los refugiados se subieron nuevamente al tren, que siguió parado en la estación. La policía húngara acudió al lugar con decenas de agentes y con una veintena de vehículos, entre ellos algunos colectivos. Muchos protestaron contra la medida al grito “No camp! No camp!”.
Los refugiados temen que les tomen las huellas dactilares y los internen en centros de acogida situados lejos de la capital, lo que les dificultaría volver a Budapest para partir hacia Occidente. Al respecto, todos los refugiados parecen tener un solo destino: Alemania, y entre las preferencias las ciudades más citadas son Hamburgo, Munich, Colonia y Frankfurt.
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