El kirchnerismo representa un “proyecto de mayorías, nacional y popular” que confronta contra otro “de minorías, sesgo neoliberal, vinculado con la Alianza del Pacífico” y esa opción es la que debe resolverse en 2015, asegura el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, quien afirma, en ese sentido, que el liderazgo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se prolongará más allá del final de su mandato. En un extenso diálogo con Página/12 en la residencia oficial que tiene en la ciudad de La Plata, Mariotto habló de su relación con Daniel Scioli, de la sucesión dentro del peronismo, del Frente Renovador, de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y de su propuesta de declarar la educación como un servicio público esencial, entre otros temas.

–La relación siempre fue la misma, lo que pasa es que antes, frente a la propuesta yo recibía una descalificación y desconfianza. Por ejemplo: nosotros conseguimos dos veces los votos para la reforma fiscal y lo que llegaba del otro lado eran acusaciones de poner palos en la rueda. Hoy nuestra propuesta es entendida como aporte, no como pulseada.

–Hace tres años hicimos un primer plenario de políticas públicas del que surgió un abanico de propuestas de leyes en materia de seguridad y de Justicia: la policía judicial, la autonomía de la defensa, Secretaría de Jury de Enjuiciamiento, mecanismos de prevención de la tortura, juicios por jurados, entre otros aspectos. Cuando nosotros planteamos esas propuestas, decían que pretendíamos instalar esos ejes de debate porque buscábamos la cabeza del ministro o del gobernador. Nosotros dejamos que nos descalifiquen, insistimos con esas propuestas y finalmente las leyes salieron, con el apoyo del Ejecutivo al que supuestamente intentaban perjudicar. Ahora, ya pasaron dos años de mi gestión, se curó la sospecha.

–Yo sigo opinando lo mismo. Sigo pidiendo que se trabaje sobre el Servicio Penitenciario, sigo pidiendo que se actúe con la Comisión Candela. Lo que pasa es que mis pedidos se canalizan en el plano institucional, no en el mediático.

–Yo soy muy reacio al lanzamiento de candidaturas producto del interés individual o del interés de sector. Las candidaturas se construyen sobre la base de una trama que le dé consistencia a un proyecto político. Lo que hay que hacer es construir, construir, construir, sin condicionar, y del proyecto político surgirán los candidatos que nos den representación. No estoy apurado por una construcción de candidatura, sino en aportar para hacer más grande el proyecto que lidera la Presidenta.

–En este tiempo se irán delineando los nombres de quiénes van a sostener esas posiciones en las PASO, para fortalecer el proyecto que encabeza Cristina. Quiero esperar a ver qué dice la Presidenta.

–No, en los ’90 en nombre del peronismo se llevó a cabo una política neoliberal que está en los antípodas de nuestra filosofía. Hoy, después de la tragedia de la traición de los ’90 y el desastre del 2000, se recuperó un proyecto de mayorías que inició Néstor en línea con el de Perón, Yrigoyen, Rosas, Dorrego, Moreno. Ese proyecto va a confrontar con un proyecto de minorías que va a estar enmarcado en el plano del neoliberalismo: es una cuestión de proyectos, y el proyecto de minorías es un proyecto opositor vinculado a la Alianza del Pacífico, una reinstalación de los términos del ALCA, en el que se enrolan las oposiciones a los proyectos nacionales y populares en América latina.

–Como el candidato va a surgir de las PASO que el propio Frente para la Victoria construya, y el liderazgo de Cristina va a ser determinante en ese sentido, no creo que ningún candidato de nuestras filas pueda levantar las banderas de lo que no- sotros hemos superado en estos diez años.

–Creo que Cristina va a dar los gestos para instruir cómo continuar los próximos años del proyecto político que ella lidera. En diciembre del 2015 termina el gobierno pero no termina el liderazgo, y éste es un proyecto político para muchos años de Argentina con inclusión y trabajo. Esto no quiere decir que haya que perpetuarse en el poder con reelecciones que nadie está pretendiendo, sino que hay una dirección del proyecto político, de una Argentina industrial, y la palabra de Cristina va a ser muy importante para garantizar esa dirección.

–No veo ninguna ambigüedad: Sergio Massa representa una filosofía opositora, de orden neoliberal, vinculada a la Alianza del Pacífico: nada tenemos que dirimir con ese espacio ni ellos tienen nada que dirimir con no- sotros. Quienes saltaron de espacio son dirigentes a los que les da lo mismo aportar a un proyecto nacional y popular que hacerlo en otro de origen neoliberal. La volatilidad de esos dirigentes, más cercanos al saltimbanquismo que a las convicciones, es un problema de los dirigentes, no de los espacios. Cuando estuvieron con nosotros no tenían convicción, solamente se apoyaron por especulación, lo mismo que están haciendo ahora. Esas conductas hacen daño, no le dan previsibilidad a la sociedad y tampoco van a servirle al espacio al que están aportando ahora.

–La ley se está cumpliendo, el fallo de la Corte fue preciso, la adecuación está en marcha y faltan 180 días para determinar cómo se conforman las nuevas sociedades. Hay que estar muy atentos para que se hagan todos los cruces institucionales que garanticen el cumplimiento del texto de la ley y que se trate de seis empresas independientes económica y jurídicamente que no puedan ejercer la presión de un actor dominante. Yo confío plenamente en la ley, confío plenamente en Martín Sabbatella y en el directorio de la Afsca.

–El gobierno de Néstor y Cristina puso en valor de gestión los sueños de la Carpa Blanca. Pero así como se hizo mucho, falta muchísimo. La propuesta es evitar que todos los años se repita esta historia que degrada la educación pública, marcando diferencias entre la educación pública y privada. Para salir del laberinto por arriba y poder abordar el tema en otro marco es que hice esta propuesta. La Constitución bonaerense pone a la educación como un derecho humano fundamental así que no estamos muy lejos del concepto de la educación como un servicio público esencial. Así, lo que se busca es que las paritarias se lleven a cabo como corresponde, pero con los niños en el aula. Hay que rediscutir el convenio colectivo del año 2006, cuando en el marco de una negociación paritaria se acordó que la provincia no entendía a la educación como un servicio público esencial. Pero la presión gremial en una discusión de coyuntura no puede quitarnos para siempre ese instrumento.