Las cenizas de Ada María Feigelmüller de Senar fueron esparcidas ayer debajo del mismo árbol donde acostumbraba sentarse a descansar en cada marcha de las Madres de Plaza de Mayo. Ese era su deseo y los encargados de cumplirlo fueron sus hijos Rogelio y Eduardo antes de la habitual ronda de los jueves. Ada María era una de las Madres de mayor edad y a punto de cumplir 94 años falleció el 15 de septiembre pasado, día en que se cumplieron treinta años de la desaparición de su hijo Alberto, quien en 1976 fue secuestrado por una patota de la dictadura en la ciudad de Buenos Aires. Todas sus compañeras de la Plaza la conocían como Cota y por años fue habitual verla atendiendo el puesto que las Madres instalan en sus días de peregrinar alrededor de la Pirámide. Hebe de Bonafini le dedicó ayer su discurso posterior a la ronda.