Viernes, 22 de septiembre de 2006 | Hoy
EL PAíS › LA PASTERA ESPAÑOLA ANUNCIO QUE RELOCALIZARA LA PLANTA DE FRAY BENTOS
El presidente de la compañía dijo que es imposible que su papelera funcione muy próxima a la de Botnia, pero todavía no se sabe dónde la mudará. En la asamblea de Gualeguaychú leyeron la novedad como un logro de su protesta, aunque reaccionaron sin euforia. El Gobierno mostró satisfacción.
Por Laura Vales
La empresa española Ence anunció que reubicará la planta de celulosa que construye en Fray Bentos. “El lugar no lo sabemos, pero vamos a relocalizarla porque es imposible hacer las dos pasteras como están proyectadas”, dijo a los periodistas el titular de la compañía, Juan Luis Arregui al salir del Edificio Libertad, la sede del gobierno uruguayo, luego de reunirse con el secretario de la presidencia, Gonzalo Fernández, y el ministro de Industria Jorge Lepra, para comunicarles la decisión.
Arregui fue parco para explicar sus motivos, pero no ocultó el malestar de su empresa con el Uruguay, en especial con la administración de Jorge Batlle, el antecesor de Tabaré Vázquez. Mencionar la “imposibilidad” de que dos pasteras funcionen a tan corta distancia es un reproche directo al gobierno montevideano, que otorgó a Botnia la habilitación para instalar su fábrica a sólo seis kilómetros del proyecto de Ence, que había conseguido su permiso de radicación un año antes.
Los voceros de la compañía española añadieron otros motivos, básicamente económicos: “Ence está haciendo una reestructuración general. Va a trasladar sus oficinas de Madrid a Pontevedra para centralizarse. Como parte de esos cambios ha decidido mudar la planta de Fray Bentos”, dijo a Página/12 un portavoz oficial.
–¿Cuánto tuvo que ver en la decisión la caída de las acciones de Ence por las protestas en Gualeguaychú?
–Lo que puedo decirle es que el nuevo directorio está muy atento a conseguir resultados. Nadie querría mantener un proyecto que diera pérdidas o que no fuera rentable.
Reacciones
Desde Nueva York, el jefe de gabinete Alberto Fernández, se mostró optimista. “Evidentemente no estábamos equivocados”, dijo.
En el gobierno uruguayo buscaron restar importancia al anuncio. “Ence no se va, relocalizará la planta de Fray Bentos y duplicará su producción”, sostuvo una alta fuente oficial. “En una próxima reunión, Ence propondrá al gobierno dos o tres alternativas de relocalización, para entonces tomar una definición precisa.”
En cambio, Omar Lafluf, el intendente del departamento de Río Negro, al que pertenece Fray Bentos, se permitió una reacción fuerte: “Ence fundamenta una decisión de suspender las obras y de retirar el proyecto que estaba desarrollándose exclusivamente por el conflicto con la República Argentina. Hasta que no se solucione este problema, se dijo, el proyecto está totalmente bloqueado”, se quejó, tras mantener él también un encuentro con la firma española. Lafluf agregó que los empresarios están preocupados por “las presiones” que realiza el gobierno argentino para ahogar financieramente a las pasteras.
En el enorme predio ubicado frente a las costas de Gualeguaychú, Ence había hecho hasta ahora un puerto e iniciado las tareas de remoción de escombros, pero mantenía paralizadas las obras desde marzo, cuando los presidentes Kirchner y Vázquez pidieron a las empresas un parate para poder iniciar un estudio de impacto ambiental conjunto. El principio de acuerdo naufragó por el desacuerdo de Botnia, pero los españoles ya no volvieron a trabajar. Ahora se especula con que venderían el terreno a Stora Enzo, que construirá una pastera aún más grande en el interior del país, sobre el río Negro. La gran pregunta es dónde se mudará. Algunas versiones hablan de que iría a Paysandú, cien kilómetros al norte. Pero la idea es disparatada, ya que los vecinos de Colón, frente a donde quedaría entonces la pastera, dependen tanto del turismo como los de Gualeguaychú, y han participado activamente con ellos de las protestas contra las papeleras, cortando el puente Colón-Paysandú e incluso frenando a los camiones que intentaron pasar materiales para la construcción de Botnia.
Sin euforia
La noticia fue festejada sin euforia en Gualeguaychú, donde los vecinos preparan para este domingo una caravana al Puente Internacional San Martín en contra de Botnia, cuya construcción, a diferencia de la de Ence, nunca se detuvo. La compañía finlandesa planea entrar en funcionamiento el año que viene. En la ciudad temen que ahora Botnia busque legitimarse, con el argumento de que los riesgos de contaminación pueden ser controlados, ya que habrá una sola planta.
El recelo es compartido en la Cancillería, donde ayer se reunió el equipo de asesores y abogados de la asamblea ambientalista que redacta el memorial para el juicio de La Haya. El peligro de la radicación de dos pasteras de gran tamaño a tan poca distancia entre sí era una de las razones en favor de la Argentina.
Con todo, en Gualeguaychú reconocían el logro de que las protestas de los vecinos, que llevan ya un año y medio, hayan conseguido lo que parecía inimaginable: visibilizar el reclamo, convertirlo en una causa de Estado y obligar a la pastera a cambiar sus planes.
¿Qué pasará ahora con Botnia? La respuesta depende, en gran medida, del Banco Mundial. Antes de que termine septiembre, la Corporación Financiera Internacional (perteneciente al BM) decidiría si recomienda o desaconseja al organismo que otorgue los créditos solicitados por la compañía finlandesa.
Algunos especialistas especulan con que la CFI ya tomó postura por desaconsejar los préstamos. Ese tipo de información suele filtrarse a las empresas antes de hacerse pública, y podría explicar el porqué de la retirada de Ence.
Los próximos pasos en este proceso financiero son los siguientes: en unos días estará terminado el informe de impacto ambiental. La CFI se tomará alrededor de dos semanas para analizarlo y dará a conocer su opinión. Puede no respaldar la construcción de Botnia, con lo cual los créditos serán denegados, o respaldarla y elevar el informe a los directivos del Banco Mundial para que ellos voten una decisión final.
En este terreno, la pelea se libra muy lejos de la influencia de los vecinos, quienes de todas formas están haciendo una campaña por Internet para que los responsables del BM sepan que Botnia no cuenta con su licencia social para instalarse.
Hay, finalmente, otro tipo de novedad que puede cambiar el rumbo del conflicto: se trata de la decisión de Botnia de contratar a mil empleados europeos. Según denunció Juan Sardella, delegado de los trabajadores, la empresa tomará “mil doscientas personas y sólo doscientas serán uruguayas”. Esto generó un paro de actividades (ver aparte); de ser ciertas estas contrataciones, comenzará a quedar a la vista que el principal argumento de las pasteras para conseguir apoyo social, el de que llevarán trabajo y progreso, es engañoso. Con eso, la cerrada defensa que los uruguayos hacen de Botnia y Ence podría comenzar a resquebrajarse.
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