El conflicto docente de Santa Cruz parece haber entrado en un punto de no retorno. El congreso gremial de Adosac decidió ayer convocar a un paro de 48 horas a partir de hoy y continuar negociaciones. La medida implica la tercera semana consecutiva de huelga total en las escuelas. La conducción del gremio tenía previsto viajar a Buenos Aires para continuar las conversaciones. Sin embargo, desde los ministerios de Educación y de Trabajo de la Nación consideraron que la ratificación de las medidas de fuerza obstaculizaba esa alternativa.

Un facsímil del acta que esperaba ser firmada en las oficinas del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, fue remitida al congreso en Río Gallegos. La oferta precisa que a partir del 1º de mayo el salario básico pasará de 161 a 500 pesos, que se implementará un mecanismo de garantía para que ningún docente perciba una cifra inferior a la del mes anterior y que se otorgará un incremento salarial de 200 pesos por cargo docente. Los puntos pendientes sobre la devolución de los salarios caídos de marzo y la recuperación de días de clase perdidos, entre otros, se proponen para discutir en el Consejo Provincial de Educación. Hoy era el día previsto para iniciar esas negociaciones. El cronograma preveía el 1º de junio para una primera reunión de negociaciones de esa virtual paritaria y el 15 otra a nivel nacional para realizar el seguimiento de los compromisos.

“La falta de confianza”, el reclamo de elevar el básico a 780 pesos, la eliminación de los 250 pesos de presentismo y la devolución de los 38 días de huelga que llevan acumulados desde el 5 de marzo son los puntos que los delegados, especialmente de Río Gallegos y Caleta Olivia, consideraron innegociables para suspender las medidas de fuerza.

El 5 de marzo, cuando se inició el conflicto, Santa Cruz tenía el salario básico más bajo del país con 161 pesos –congelado desde 1992– y el inicial, entre los más altos, con 1800 pesos, además de innumerable cantidad de ítems en los que se desglosaban las sumas fijas en negro. Hasta llegar a la propuesta que se hizo pública la semana pasada que eleva el inicial a 2100 pesos, ordena los ítems y abre el diálogo pasó de todo en la provincia que gobernó Néstor Kirchner entre 1991 y el 2003. Reprimieron a los trabajadores municipales con balas de goma y gases lacrimógenos, hicieron una oferta salarial irrisoria que aumentaba apenas en 50 pesos el básico, renunció el gobernador Carlos Sancho, escracharon a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, hubo dos movilizaciones de más de diez mil personas en la capital provincial y el obispo Juan Carlos Romanín se transformó en interlocutor oficioso por pedido del nuevo gobernador Daniel Peralta.

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, reiteró que “la oferta realizada es la definitiva”. Los funcionarios de Trabajo estuvieron todo el fin de semana redactando el texto del acta que tendrían que haber firmado ayer en Buenos Aires los dirigentes de Adosac junto con los de la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera). Repetían que una muestra de la voluntad negociadora para resolver el conflicto se dio con el haber mantenido la convocatoria a pesar del rechazo a la conciliación obligatoria y la continuidad de la huelga.

Los negociadores tanto del lado oficial como gremial aseguraban en Buenos Aires que los salarios caídos por los once días de marzo y el blanqueo del presentismo son temas que se discutirán en las paritarias. Repetían que “les parece una claudicación lo que es en realidad un triunfo gremial. Lograron la reapertura de paritarias después de casi 17 años, se negoció en medio de un conflicto. Y hay que tener en cuenta que enfrente está nada menos que el propio presidente Kirchner”.

En la cartera laboral se mostraban más que remisos a continuar el diálogo. El noveno punto del acta establece que el gremio se compromete a suspender las medidas de acción directa en función del cumplimiento de los acuerdos.