Desde San Luis

Aranjuez queda frente una de las plazas centrales de la capital de San Luis, en diagonal a la catedral y a muy pocas cuadras de la intendencia y la Casa de Gobierno. El bar es conocido como la “caja de resonancia” de la política puntana o como el “típico mentidero político de pueblo”, según las distintas miradas. Ayer por la mañana, ya en plena veda electoral y a pocas mesas de diferencia, encumbrados funcionarios y referentes opositores analizaban el posible resultado de las elecciones provinciales de hoy con conclusiones similares: Alberto Rodríguez Saá alcanzará la reelección con una victoria “apabullante” y todos ven al vencedor calzándose el traje de “candidato presidencial”, que el peronismo anti K anunciará el martes en Buenos Aires.

El apasionado debate en Aranjuez contrasta con la apatía de la mayoría de los puntanos, para quienes tampoco habrá sorpresas. “Va a seguir el Alberto”, es la respuesta más frecuente cuando se los consulta en medio de cualquier conversación callejera.

Sin adversarios de fuste tras la deserción de kirchneristas, radicales y aristas en medio de denuncias y convocatorias a la “abstención”, y con sólo dos boletas opositoras en el cuarto oscuro –la del socialismo y el Modin–, Alberto prolongará por otros cuatro años los 28 que los Rodríguez Saá llevan al frente de la gobernación.

La confianza se refleja en la cara de funcionarios y voceros oficiales, donde las diferencias son sólo sobre el porcentaje con que Alberto “aplastará” a sus rivales, con guarismos para el Libro Guinness de los Records. La única preocupación es garantizar el voto de la gente. No quieren que la oposición que convoca a la abstención “se beneficie” con la indiferencia del electorado ante un “resultado cantado”.

Para vencer la apatía, el PJ contrató una flota de micros para llevar gratuitamente a los puntanos que viven en la capital provincial pero que votan en los pueblos y ciudades del interior de la provincia. “Hay que legitimar la elección”, afirmaron ante Página/12.

La oposición está deslucida y decepcionada. Todavía no logra reponerse de la derrota con la que apenas quince días atrás el oficialismo le arrebató la capital puntana. Desde hace doce años, la intendencia se había transformado en el bastión donde los sectores opositores se oxigenaban, aunque el traspaso de mando será recién en diciembre.

Primero fueron las diferencias dentro del propio kirchnerismo, que provocó la deserción del senador nacional Daniel Pérsico a su candidatura a gobernador. Luego sobrevino la derrota en la capital y la renuncia a la candidatura de otro referente kirchnerista, Sergio Di Gennaro. “El evidente quiebre del sistema republicano de gobierno, tan notable como grosero, por parte de quienes violan día a día la Constitución y las leyes con la más absoluta impunidad”, dice Di Gennaro en su carta al Tribunal Electoral con la que declinó su candidatura tres días antes de las elecciones.

La mayoría de los integrantes del bloque opositor comparte los mismos argumentos. “Alberto Rodríguez Saá está usurpando el poder. Su mandato venció el 25 de mayo y con un decreto de la misma gobernación lo prolongó hasta diciembre. Siete meses más”, remarcaron varios de ellos ante este diario. Pero los dos intentos de marchar en la capital provincial para proclamar “la abstención activa” fracasaron por sus propias diferencias. Otros competirán por algún cargo en la Legislatura y en los municipios.

“Es una pelea desigual”, insistieron y sacaron cuentas. “Hay 288 mil electores, de los cuales 17 mil pertenecen a la administración central de la provincia y 50 mil a los programas ‘pico y pala’, sin contar a sus familias y las administraciones comunales. La mayoría de la población depende del empleo público y nunca faltan las amenazas de perderlo si no estás con el oficialismo”, dijo a Página/12 un dirigente sindical de los empleados estatales.

El gobierno llama planes de “Inclusión Social” a los 50 mil programas asistenciales, por los que paga 520 pesos a cada uno de los beneficiarios por “trabajos comunitarios”, la mayoría de ellos de limpieza en la vía pública. Esta ha sido una de las banderas de la administración Rodríguez Saá, y no se trata de un eufemismo. La bandera a cuadros celeste y blanco que el gobierno provincial creó para identificar los planes de “inclusión” flamea junto a la argentina en el mástil de la gobernación y de la céntrica Plaza San Martín.

Trajes

En el oficialismo puntano nadie descarta que el martes, cuando el peronismo anti K anuncie en Buenos Aires a su candidato presidencial, será Alberto Rodríguez Saá quien se calce el traje. La “rotunda” victoria que vaticinan para hoy en San Luis “le abrirá todas las puertas”, afirman.

Aunque desde San Luis no escatimaron esfuerzos para respaldar la candidatura a gobernador de Carlos Menem en La Rioja, el resultado final de las elecciones de hoy terminará por menguar las pretensiones del ex presidente. “Va a hacer una muy buena elección pero no va a alcanzar para ganar”, dijo a Página/12 un asesor del Alberto, después de consultar telefónicamente los datos de las últimas encuestas.

Tampoco acatarán el apresuramiento del neuquino Jorge Sobisch para ungirse como candidato presidencial del sector, aunque lo siguen considerando como un “aliado”. Alberto se considera, y así lo ven sus hombres, como el único gobernador peronista antikirchnerista.

Desde la vereda de enfrente, los puntanos opositores sólo quieren ver “al Alberto” con el “traje a rayas”. La batalla política en San Luis seguirá en el terreno judicial. Algunos peronistas puntanos trabajan contrarreloj para aguarles la fiesta a los Rodríguez Saá. Si llegan, casi al mismo tiempo que el peronismo disidente anuncie a su candidato presidencial harán una presentación ante el juzgado nacional con competencia electoral, que tiene a su cargo María Romilda Servini de Cubría, la impugnación del “congreso” del PJ en Potrero de los Funes.

“Eso no ha sido un congreso peronista. Se ha tomado hasta a los invitados, a Sobisch, Luis Patti a otros, como congresales partidarios. Y Alberto ni siquiera es afiliado al PJ, tiene su propio partido, el PUL (Partido Unión y Libertad)”, dijo a este diario uno de los congresales justicialistas que firmará el escrito. La idea no es solo “voltear” la posible candidatura de Alberto, sino también quitarle “el sueño del Adolfo” de presidir el PJ nacional.

Otra causa judicial contra Adolfo y Alberto Rodríguez Saá ya llegó a la Corte Suprema de Justicia. “Denuncia delitos de usurpación de autoridad y honores, alzamiento, sedición y traición a la patria”, dice el escrito de abogado Rolando Manuel Contreras que está en manos de los supremos. Contreras basó su denuncia en la única acordada con que el Superior Tribunal de Justicia de San Luis desafió al poder político de la provincia, en medio de la disputa por la rebaja de los sueldos de los magistrados. Los jueces hicieron públicas las “presiones” del entonces gobernador Adolfo Rodríguez Saá y lo acusaron de “usurpación de la suma del poder público”. Adolfo dio por perdida la batalla por reducirles los sueldos, pero el fiscal de Estado nunca apeló la decisión de los jueces, por los que Contreras afirma que “quedó probado el delito”.

La semana pasada, dos abogados se notificaron de la causa que está en la Corte para asumir la defensa de los Rodríguez Saá, que hasta ahora habían ninguneado el expediente. Aunque hoy Alberto no querrá que nada le empañe la “segura victoria”.