La comitiva encabezada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el canciller Jorge Taiana y el ministro Julio De Vido llegará hoy a Recife. El objetivo es acompañar al empresario argentino Enrique Pescarmona y a su hijo Luis en la inauguración de una planta de energía eólica en Pernambuco, el estado del nordeste brasileño donde nació Lula. En esa región cruzada por la pobreza, donde viven 51 millones de personas, la gestión del PT priorizó la inversión. La expansión de Pescarmona se enmarca en esa política: la planta de 90 millones de dólares fue financiada con créditos del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes).

El domingo por la mañana, CFK participará como invitada de honor de los festejos por el Día de la Independencia en Brasilia. El lunes será el día de las negociaciones económicas y políticas. Lula y la Presidenta argentina tendrán entonces un encuentro bilateral acordado en febrero pasado como mecanismo semestral para aceitar los proyectos conjuntos.

Con una población de 189,3 millones de habitantes frente a los 39,4 millones argentinos y un Producto Bruto Interno de 1313 billones de dólares, Brasil entró en las grandes ligas. Argentina fue desplazada del segundo puesto en su intercambio comercial con Brasil por China pero es, indudablemente, su socio principal en el Mercosur.

La puesta en práctica de una empresa nuclear conjunta en momentos en que Brasil apuesta a producir su primer submarino nuclear, el desarrollo de la represa de Garabí en el alto río Uruguay y el fortalecimiento de los proyectos de producción para la defensa mediante el desarrollo de piezas de aviación para Embraer, la tercera del mundo, son algunos de los puntos que analizarán ambos presidentes.

“Nosotros éramos socios de Embraer pero como Domingo Cavallo no puso en su momento 50 millones de dólares para mantener la participación quedamos afuera del negocio”, se lamentaba un funcionario argentino y dejaba al descubierto la diferencia entre las políticas de Estado y las políticas de turno, que han diferenciado a los brasileños de los argentinos.

En camino de revertir esa tendencia, los argentinos confían en que se reactualicen los plazos para el pago en moneda local del intercambio comercial entre los dos países, que ya tendrían que haber entrado en vigencia. Una medida que favorecerá a las empresas importadoras y exportadoras de los dos lados de la frontera.