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El calendario electoral de las provincias es fijado por sus respectivas autoridades. Eso explica la diversidad de situaciones y el endiablado cronograma del año. Algunas eligieron ya sus gobernadores e intendentes. Otras esperan hasta el 25 de octubre, unidas a la nacional. Tucumán y Chaco lo harán en agosto y septiembre.

Aunque cada cual tiene su táctica y su lógica local, la tendencia dominante (que admitió excepciones) fue que los distritos comandados por partidos opositores al oficialismo nacional “anticiparon” las votaciones mientras la mayoría de los afines al kirchnerismo las agrupan con las presidenciales. Piensan lo mismo sobre lo que le conviene a cada cual y por ende actúan distinto. No es un juego de palabras, es lógica instrumental pura.

Hay provincias que se valen de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), otras no. En seis hoy se cumplen las primarias (ver nota principal). La cantidad de cargos en disputa es extensa, lo que explica la longitud de las boletas que verá cada elector. En Catamarca medirán más de un metro, que incluye diez cuerpos. Cierto es que se puede cortar boleta, pero es posible que la frondosidad de “la oferta” desaliente el empeño de los votantes. Salvo de aquellos que tuvieron la prudencia de preparar su menú antes lo que en general se hace acudiendo a locales del partido con que se simpatiza.

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La lista larga y completa se presenta de modo distinto según los distritos. En la interna bonaerense del Frente para la Victoria (FpV) puede pesar “cómo juegan” los aspirantes a las intendencias. En cada turno electoral se debate qué candidatura tracciona al resto: ¿la presidencial, la de gobernador, la de intendente? O sea si el impulso va “de arriba hacia abajo” o viceversa o alquimias mixtas. Punteros, académicos, dirigentes de postín o periodistas intervienen en el debate cuyo tema es difícil de corroborar empíricamente, como tantos fenómenos fascinantes de la vida. Se pondrá a prueba hoy y las hipótesis serán comidilla en semanas venideras.

Se presume que Julián Domínguez tiene más alcaldes o dirigentes afines que Aníbal Fernández. Queda pendiente saber cuánto los siguen los compañeros de cada terruño. Y aún algo más intrincado que es ponderar hasta qué punto los taitas locales se juegan por su aliado a la gobernación en el reparto previo de boletas o influencias si intuyen que eso puede complicarles su contradicción principal, que es ganar en su cancha.

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Los escrutinios provisorios en las provincias con PASO propias, todo lo indica, serán particularmente engorrosos y relativamente lentos. Quizá, porque nada es seguro, sean los últimos que se conocerán.

Gurúes y consultores de campaña vaticinan que los primeros guarismos oficiales, que se irán divulgando a partir de las diez de la noche, llegarán de las provincias “con menos boletas”, las que ya votaron sus representantes locales. Se trata de la Ciudad Autónoma, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Salta, Neuquén, Río Negro, Tierra del Fuego, Corrientes. Si se observa con minucia, las más pobladas son gobernadas por partidos opositores al oficialismo nacional.

Por ahí las primeras cifras no se compadezcan con la tendencia general, que se irá completando en largas horas de conteo. Y satisfagan por un rato al macrismo, al radicalismo y al delasotismo. El Frente Renovador del diputado Sergio Massa y el FpV confían en que Buenos Aires será su motor y bastión: es verosímil que deban esperar hasta la medianoche para corroborarlo.

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La cantidad de competencias interesantes no es infinita, pero sí larguísima. No sabemos cuáles agregará la inventiva de los votantes, pero señalemos un puñado. Las internas de Catamarca y Chubut son llamativas, como se expresó en la nota principal, porque son territorios que opositores que gobernaban hasta 2011 aspiran a recobrar.

Los radicales confían en vencer en Tucumán donde urdieron una coalición que suma a un importante dirigente peronista (el intendente de San Miguel) en la fórmula para gobernador. Se apartaron de la lógica de ofrecer listas sin justicialistas (el discurso ganador en la Convención de Gualeguaychú) a cambio de ganar competitividad en el NOA que le es históricamente adverso. Aunque no hay internas en el Jardín de la República, las cifras generales serán dignas de atención

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Desde 2003, a grosso modo, los peronistas de distintos pelajes se alzaron con algo así con el 60 por ciento del padrón en los comicios nacionales. Claro que contando cada cual con aliados de otros pelajes, pero la cifra impresiona. Ahora hay cuatro aspirantes a presidente de estirpe justicialista: José Manuel de la Sota, Sergio Massa, Adolfo Rodríguez Saá, Daniel Scioli. Mañana quedarán en carrera tres, como máximo.

Habrá que ver y mirar, como cuadra en estas cuestiones.