EL PAíS
Blooper ideológico
Por Marcelo Zlotogwiazda
Es extraño que alguien inteligente como Néstor Kirchner, comprometido además con la democracia y con un discurso que insiste en la imperiosa necesidad de reconstruir un Estado eficaz para el interés popular, haya utilizado como argumento para descalificar el Consejo de la Magistratura que resulta caro. Dijo el Presidente el miércoles en la Casa Rosada: “Pensar que cada miembro del Consejo, con todos los asesores que tiene, que eso es lo que están peleando, nos cuesta 70.000 pesos por mes”.
El argumento hace agua por todos lados. En primer lugar, porque si el problema fuera que se gasta de manera excesiva el proyecto oficial hubiera apuntado a racionalizar el presupuesto en lugar de propiciar como objetivo fundamental la modificación de las representaciones para que el kirchnerismo logre un espacio con poder suficiente para vetar las decisiones claves y dominar en la práctica su funcionamiento.
En segundo lugar, el argumento tampoco resiste la lógica de la transitividad. Si 70.000 pesos por mes resultan un despilfarro en un organismo supuestamente ineficiente y eso justifica su achicamiento, el sentido común indica que entonces convendría comenzar por reducir la cantidad de miembros del Congreso, que es una institución que sólo en personal gasta por año más de 400 millones de pesos, es decir a razón de más de 70.000 pesos mensuales por cada uno de los legisladores que lo conforman. No sólo se trataría de un despilfarro cuantitativamente mayor, sino además en una institución que por tomar el ejemplo del año que termina no se ha destacado precisamente ni por la cantidad ni por la calidad de su tarea legislativa.
El argumento de que el Estado y la democracia son caras y derrochonas suena bastante al discurso de derecha del diario La Nación que tanto Kirchner aborrece. Nunca está de más que el Ejecutivo se esmere en cuidar los recursos públicos, pero apelar liviana y antojadizamente al argumento del despilfarro en medio de una polémica que, Kirchner sabe, transita otros carriles, es dejárselas picando a los que no se interesan por un mejor Estado sino por su achicamiento.
Tampoco se mantiene a flote la descalificación presidencial de la oposición en base a los antecedentes o el prontuario de los opositores. Una verdad dicha por Macri es tan verdad como si la expresara Bertrand Russell.
Por último, no luce nada coherente que Kirchner ataque a los que se juntaron para oponerse a un proyecto etiquetándolos de “Alianza residual”, siendo que ha tenido como ministros a Rafael Bielsa, Nilda Garré, a Darío Alessandro como embajador, y que acaba de incorporar a su gobierno nada menos que al número dos de esa Alianza, Carlos “Chacho” Alvarez.
Ultimamente da la sensación de que arrebatos masoquistas lo empujaran al Presidente a desdibujar una gestión que hasta ahora resultó mejor de lo que la mayoría imaginaba hace treinta meses.