Va camino a ser un clásico. La pulseada entre Néstor Kirchner y Roberto Lavagna tuvo ayer un nuevo capítulo. Esta vez fue el turno del Presidente, quien volvió a correr por izquierda a su ex ministro de Economía, aunque sin nombrarlo. “Para algunos, el aumento de tarifas no es inflacionario, pero sí el aumento de sueldos”, le achacó, diferenciándose así de las declaraciones formuladas por el ex funcionario.

Kirchner no hizo otra cosa que hacerse cargo de la estrategia que días atrás dejó en manos de hombres de su gobierno. Dicho de otro modo: ubicó a Lavagna a la derecha del abanico político, pero no acusándolo de socio del Opus Dei –como lo hizo el diputado hiperoficialista Carlos Kunkel–, sino como una suerte de defensor de los intereses empresarios en desmedro del de los trabajadores.

“Para nosotros, lo fundamental es el aumento de sueldos que le devuelve la recuperación del poder adquisitivo al pueblo argentino”, enfatizó Kirchner durante un acto en la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay, tras lo cual mencionó a “algunos” que al comienzo de su gestión le “traían expedientes para aumentar las tarifas” y se oponían a la decisión de pagarle al Fondo Monetario Internacional.

“Yo sé que hay algunos a los que les gustaría que a este país no le vaya bien... Es como me dice Cristina permanentemente: para algunos el aumento de tarifas no es inflacionario, pero sí es inflacionario el aumento de sueldos”, enfatizó.

Lavagna marcó en los últimos días reparos a los incrementos salariales y también a la metodología con la cual se obtuvieron. “No es lo mismo conseguir un 20 por ciento de aumento producto de las conversaciones” que como resultado de las “presiones”, dijo en televisión sobre la mejora obtenida por Hugo Moyano para los trabajadores del gremio de los camioneros.

El ex ministro de Economía también puso reparos sobre las reformas de las leyes laborales que viene impulsando Héctor Recalde, diputado kirchnerista y asesor legal de Moyano en la CGT. “Nos retrotrae treinta años”, dijo Lavagna, antes de recordar que el “mundo cambió en todo ese tiempo”.

El ex funcionario sigue sin blanquear sus deseos de convertirse en candidato presidencial. Aunque sectores del radicalismo y del duhaldismo residual no dejan de hablar del tema como si se tratara de un hecho consumado. Ayer mismo hubo un encuentro entre dirigentes de la UCR y de la agrupación de El General que concentra a ex laderos de Eduardo Duhalde. Obviamente hablaron de Lavagna (ver página 6).

Al respecto llamaron la atención en la Casa Rosada las declaraciones realizadas anteayer por Raúl Alfonsín en General Rodríguez. “Con Lavagna vamos a ganar en el 2007”, dijo el ex presidente, tras señalar lo que, a su entender, serán los límites de la entente en formación: “No ir con el Gobierno ni con la derecha”.

Esas afirmaciones, junto a las loas al socialismo, abrieron especulaciones sobre la posibilidad de que el compañero de fórmula de Lavagna pertenezca al Partido Socialista. Una manera de contrarrestar la versión oficial de que el ex ministro de Economía está a la derecha de Kirchner. En ese sentido, alguien aventuró el nombre de Rubén Giustiniani como tantos que por estas horas se están echando a rodar.