Mientras compartían un asado criollo el martes por la noche, los dirigentes de PRO, Mauricio Macri y Ricardo López Murphy, se mostraron incómodos ante la posible candidatura de Lavagna. Aunque los socios se reunieron para definir estrategias camino a 2007, la reaparición del ex ministro de Economía se coló en la conversación y dejó un regusto amargo entre el vacío y las mollejas. “Lavagna fue ministro de Néstor Kirchner. Si ahora decide pasarse a la oposición, tendrá que explicar por qué antes estaba todo bien y ahora todo está mal, que nos ilustre sobre los excesos en las políticas públicas”, invitó ayer el Bulldog. Durante la cena, los socios acordaron unificar los bloques en la Cámara de Diputados bonaerense, ir hacia 2007 con un “candidato propio” y organizar en julio un congreso donde invitarán a otras fuerzas políticas. Del encuentro participaron por Recrear Pablo Tonelli y Edgardo Srodek, y por el macrismo Horacio Rodríguez Larreta y Federico Pinedo. “En la cena dijimos que no vamos a adoptar ninguna definición hasta que no sepamos cómo se ubica. La semana pasada rechazó ser opositor, pero los grupos que auspician su candidatura son opositores. Hay una contradicción allí”, señaló Tonelli, en diálogo con Página/12. “Si se ubican como opositores, pareciera que vamos a competir, pero si es una expresión del oficialismo puede terminar como Chiche Duhalde”, aseguró. Rodríguez Larreta también coincidió en tomar distancia de una hipotética candidatura de Lavagna. “Hasta ahora sus diferencias con el Gobierno han sido sutiles. Hay que esperar a ver si evoluciona en un candidato verdaderamente opositor”, remarcó. En el asado, los macristas dejaron en claro que no se evalúa la posibilidad de aunar fuerzas con el ex ministro de Economía.