En una escuelita de Melchor Romero, en La Plata, la maestra escribía en el pizarrón la tarea, cuando la madre de uno de los alumnos entró al salón furiosa, la insultó y le recriminó a la docente que presuntamente había empujado a su hijo. Luego, la cacheteó repetidamente. La maestra, sorprendida pero pedagoga, le pidió a la mujer que fueran a terminar de hablar en la Dirección, mitad recomendación, mitad reto. Luego, según la denuncia de la maestra, la madre la llevó a las trompadas hasta la oficina del director, la dejó ahí y se fue del establecimiento, no sin antes amenazar a los docentes.