Viernes, 3 de junio de 2016 | Hoy
SOCIEDAD › LA MARCHA DEL 3 DE JUNIO EN LA OPINION DE LA EX DIPUTADA DEL FPV JULIANA MARINO Y LA PRESIDENTA DEL CONSEJO NACIONAL DE LAS MUJERES, FABIANA TUÑEZ
Por Juliana Marino *
El colectivo Ni una menos, hoy con la consigna Vivas nos queremos, debe incluir en su denuncia la situación de Milagro Sala, presa política del actual gobierno provincial y nacional, víctima de violencia institucional al más alto nivel, víctima de discriminación y acoso político y social alentado por las esferas de poder (sobre todo el Poder Judicial) que, por el contrario, más debieran cumplir con el “basta” que el colectivo antiviolencia enarbola.
Imposible pensar este año en otra gesta como la que expresara la movilización del 2015, en relación a la extraordinaria conciencia sobre las distintas formas de violencia que se ejercen sobre las mujeres, sin abrazar la causa de la libertad de Milagro.
Imposible marchar multitudinariamente este tres de junio con la ausencia del rostro de Milagro en el conjunto que una vez más elevará su voz en contra de la violencia hacia las mujeres.
Imposible ignorar que constituye claramente un caso de violencia institucional ejercida con saña, alevosía y machismo explícito, sobre una mujer, líder social, diputada del Parlasur que, por lo tanto, debe ser una causa de tod@s.
Imposible ignorar que la justicia provincial no ha sido justicia, sino herramienta violenta de desarticulación de uno de los emprendimientos sociales provinciales más impresionantes de las últimas décadas.
No hay excusas políticas, diferencias ideológicas, metodológicas o análisis feministas que justifiquen la falta de apoyo a la causa de la libertad de Milagro.
En lo personal político propongo también rodear con un fuerte abrazo a nuestra expresidenta, víctima de violencias institucionales, políticas y mediáticas, feroces y deliberadamente organizadas, con amplia base de sustentación en un profundo desprecio hacia la capacidad de las mujeres para gobernar, conducir y liderar.
Ni una menos debiera incluir además de un decidido apoyo a Milagro, una condena a la persecución a Cristina Fernández.
Claro, ambas denuncias significarían haber superado los límites de las pertenencias sectoriales y haber comprendido verdaderamente la naturaleza del feminismo, al cual le estaríamos rindiendo el homenaje que merece, por ser uno de los acontecimientos más revolucionarios que el siglo anterior produjo.
* Ex diputada del FpV.
Por Fabiana Túñez *
Hace exactamente un año, cuando aún estaba en la sociedad civil, me tocó vivir uno de los momentos más emotivos de mi vida como militante por los derechos de las mujeres, niñas y niños. Por primera vez, miles de personas de todo el país se unían para decir basta de violencia machista. Por primera vez, las familias que habían perdido a sus hijas a manos de un femicida sentían el abrazo sororal no sólo de nosotras, las “locas” feministas, sino de toda una sociedad. El #NiUnaMenos del 2015 marcó un cambio; se puso en la agenda pública por primera vez un tema en el que veníamos trabajando desde hace décadas junto a las compañeras del movimiento de mujeres y que –según el Observatorio de Femicidios en Argentina Adriana Marisel Zambrano que coordina La Casa del Encuentro–, se cobra la vida de una mujer cada treinta horas.
Aun cuando no adquiere su forma más extrema, la violencia hacia las mujeres es una realidad que nos interpela todos los días. La reciente difusión de las estadísticas de la herramienta de información, contención y asesoramiento gratuito sobre violencia hacia las mujeres (Línea 144) que gestionamos desde el Consejo Nacional de las Mujeres es una clara muestra de ello. Sólo en los primeros cuatro meses del año recibimos más de 27 mil llamadas. Más de 27 mil personas, mujeres en su abrumadora mayoría, que optaron por buscar ayuda, por reflexionar si era “normal” el trato (o destrato) que recibían de su pareja, por cuestionar si los celos y el control eran una forma de “expresar cariño”. En definitiva, mujeres que empezaron a desandar el camino de un vínculo de violencia.
Las/os profesionales de la línea –provenientes del derecho, el trabajo social y la psicología principalmente– están capacitadxs para dar asesoramiento antes, durante y después de la emergencia, las 24 horas todos los días del año. Además, la línea cuenta con un área de seguimiento de casos que se pone a disposición de las mujeres de todo el país para acompañarlas en los distintos procesos que les toque atravesar, desde la realización de una denuncia policial hasta la presentación ante la justicia. Sabemos que salir del ciclo de la violencia no es fácil, pero se puede lograr. Y es allí donde el Estado tiene la responsabilidad de dar respuestas.
Es por ello que en el mes de julio estaremos presentando, junto a la ministra de Desarrollo de la Nación, Carolina Stanley, el Plan Nacional para la Erradicación de la Violencia hacia las mujeres, de conformidad con el artículo 9º de la Ley 26.485, y que el Poder Ejecutivo adeudaba desde 2010. El Plan reúne un conjunto de propuestas de políticas públicas orientadas a abordar la violencia intersectorial y transversalmente; desde la prevención hasta la atención integral y la protección. Con una mirada federal, el Plan está pensado como una herramienta dinámica para lograr la plena implementación de la Ley 26485, y consagrar así el derecho de todas las mujeres del país a vivir una vida libre de violencia.
Este 3 de junio va a ser distinto para mí. No me toca estar reclamando sino, literalmente, atendiendo las demandas. Ante lo que estimamos va a ser una nueva expresión masiva de visibilización de la violencia hacia las mujeres, junto con mi gabinete vamos a estar trabajando en la línea 144. Porque de la violencia se puede salir, pedir ayuda es el primer paso. Llamá, estamos para atenderte.
* Presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres.
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