SOCIEDAD › UN FALLO FAVORECE A LOS BELSUNCE Y CRITICA A LA PRENSA

A pagar por criticar a Hurtig

Una jueza condenó a Susan Murray a indemnizar a Irene Hurtig por haber dicho que ella se reía en el velatorio de María Marta. La sentencia debate la relación de los medios con la sociedad.

 Por Raúl Kollmann

Susan Murray, quien compartía con María Marta García Belsunce la conducción de Missing Children (MC), fue condenada a pagarle 9500 pesos por daño moral a Irene Hurtig, hermana de MM. En un fallo que traerá polémicas, la jueza en lo civil Alejandra Abrevaya, evaluó que cuando Murray les dijo a los periodistas que “en el velatorio había tres mujeres que se reían”, una de ellas Irene Hurtig, se violó la intimidad y se planteó una sospecha de gran repercusión que Murray no podía desconocer. La jueza también sostiene que cuando Murray, en distintas entrevistas, hablaba de Hurtig como sospechosa o imputada, siendo que no existe ninguna acusación en la Justicia en su contra, también afectaba su honor, aunque ––en defensa de Murray– dice que la prensa ya difundió tanto que los García Belsunce están imputados que los dichos de la titular de MC no pueden ser considerados dolosos, aunque sí “se le puede reprochar que mediante la vía de la prensa pudiera expandir conceptos subjetivos que solamente debían ser expuestos ante fiscales y jueces intervinientes”.

El fallo de la jueza Abrevaya será apelado por las dos partes, lo que llevará a que el caso –interesante por la relación con la prensa– sea evaluado por una Cámara y no es impensable que termine en la Corte Suprema. Hurtig, a través de su abogado Oscar Vignale, planteó globalmente las cosas de la siguiente manera:

- Murray dijo que Hurtig era sospechosa e incluso imputada de encubrimiento, es decir de tapar el crimen. La realidad es que la hermana de MM nunca fue acusada de nada en la causa. Es más, el fiscal Diego Molina Pico hizo alguna sugerencia a los medios y aún la sigue haciendo, pero cuando Vignale le planteó que hiciera una acusación concreta, el fiscal dijo que no tenía ninguna para hacer. Al menos hasta el momento.

- Murray sostuvo ante la prensa que varias personas, entre ellas Hurtig, se reían en el velatorio, lo que, objetivamente, tenía como objetivo sembrar una sospecha sobre la hermana de MM. Y no lo hizo –según dice la jueza– ante los que investigaban, sino que al hacerlo en la prensa implicó un daño.

La respuesta a esas acusaciones por parte de Murray fue la siguiente:

- Que sólo se limitó a repetir términos periodísticos como “sospechoso”, “imputado” y otros, y que ello se debió a que no es entendida en la materia, ni de términos jurídicos ni de conocimientos jurídicos.

- Respecto del velatorio, únicamente contó lo que vio. Y está en su derecho. Además, lo testificó en la causa judicial.

La jueza sostiene que “existen muchos hechos que, sin alcanzar a constituirse en injuria o calumnia, y sin salir del ámbito de la negligencia, son aptos de todos modos para herir el honor de la persona, mortificar su estima personal o la reputación de que puede gozar, y que el derecho civil no deja de proteger”.

“No advierto un obrar negligente o temerario de Murray, y desde ya no ha quedado probada una actitud dolosa”, dice la magistrada. Es que respecto al hecho de que Hurtig no estaba imputada ni era sospechosa de nada había una gran confusión en la opinión pública, “exacerbada por el bombardeo diario de los medios y ella (Murray) no afirmaba una situación de imputada de Hurtig que no fuera la creencia general de la opinión pública”. O sea que en la prensa estaba instalado el hecho que Hurtig estaba imputada, cuando en realidad no era así, y Murray cayó en la confusión.

Más nítida es la crítica a la titular de MC cuando se habla de sus dichos sobre el velatorio. La jueza considera que “la posición que cada uno adopta frente a la muerte es uno de los íntimos y personales del ser humano” y que los dichos de Murray ante los medios violentaron esa intimidad.

La jueza redondea así: “No creo en modo alguno que hubiere un ánimo de difamación en la demandada, pero sí una extralimitación del medio utilizado y una negligencia en la exposición de sus dichos, suponiendo que es la prensa y la divulgación pública la que puede juzgar una determinada situación. Quizá nuestra comunidad debiera aguardar y respetar más las decisiones judiciales como mecanismo institucional que ella misma se ha dado. Entiendo entonces que las expresiones de Murray, volcadas en medios periodísticos, en un momento de alta exposición, resultan lesivas sobre todo de la esfera de intimidad que tenía derecho a mantener Hurtig”.

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Susan Murray compartía con María Marta García Belsunce la conducción de Missing Children.
 
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