Domingo, 28 de septiembre de 2008 | Hoy
17:46 › ECUADOR
Los ecuatorianos votan con normalidad este domingo un referendo sobre un proyecto de Constitución promovido por el presidente Rafael Correa, que habilita su reelección y apuntala un modelo socialista. Unos 9,7 millones de ciudadanos deben acudir a las urnas en esta jornada.
"Estos procesos eleccionarios no son otra cosa que el reflejo de una patria, incluso en América Latina, en plena de democracia, pero también en plena ebullición", dijo Correa antes de votar en un colegio del norte de Quito.
Las más recientes mediciones vaticinan, en promedio, que la propuesta oficialista sería aprobada con un 60 por ciento de los votos.
A mitad de jornada "la situación era normal, no se observaba ningún contratiempo y se veía una asistencia masiva", señaló por su parte una misión observadora de la OEA.
Las votaciones cobran especial expectativa en Guayaquil, la ciudad más próspera y poblada del país, donde Correa teme el surgimiento de "un foco de desestabilización y separatismo" como el que desafía a su aliado boliviano Evo Morales en Santa Cruz.
"Lo que Guayaquil haga o deje de hacer siempre estará enmarcado en la unidad nacional, en la democracia, en hacer las cosas a la luz del día y en defender con derecho nuestro aras del progreso", replicó el alcalde de la ciudad portuaria, el derechista Jaime Nebot.
La propuesta constitucional introduce reformas que habilitan la reelección presidencial (con lo que Correa podría intentar quedarse en el poder hasta 2017), cambian el modelo de libre mercado por uno "social y solidario", prohíben la instalación de bases extranjeras, y otorgan el derecho a voto a los militares.
De ser aprobada, se convertiría en la vigésima Constitución de Ecuador, un país con riqueza petrolera que vio caer a tres presidentes en la última década a causa de revueltas populares.
Correa aguarda el cuarto triunfo en las urnas desde su llegada al poder en 2006 para profundizar el "socialismo del siglo XXI", la corriente que alienta su aliado venezolano, Hugo Chávez, aunque con diferencias en lo económico.
Además de Nebot, la Constitución es rechazada por obispos católicos y empresarios porque a juicio de ellos concentra el poder en el gobernante, amenaza la propiedad privada, recorta las autonomías locales y deja abierta la puerta a la legalización del aborto y el matrimonio entre homosexuales.
La OEA, la Unión Europea (UE) y el Centro Carter vigilan el proceso y, pese a las sospechas de la oposición, negaron que exista un fraude en marcha.
Correa indicó que respetará y hará respetar los resultados. "Serán una orden que cumpliremos con responsabilidad histórica, que respetaremos y haremos respetar con todas las herramientas de la democracia".
Para analistas como Simón Pachano, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, las votaciones son realmente un plebiscito sobre la gestión de Correa, quien goza de una popularidad récord de 70 por ciento.
"Aunque gane con pocos puntos, él va a actuar con toda la fuerza y va a seguir adelante con su programa, lo que puede incidir en que haya todavía menos oposición", afirmó el experto a la AFP.
En las zonas indígenas, la percepción es la misma. "Voto porque todo el mundo está por el Sí, porque Correa está a favor de los pobres; él no está a favor de los ricos", dijo María Elena Calasulli, de 54 años, quien madrugó para sufragar en Cangahua (50 km al norte de Quito).
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