El dirigente les comunicará oficialmente a los jugadores su decisión en la reunión que tendrán mañana, a las 19, en la sede del gremio, ubicada en Salta 1144 de la Capital Federal.

La renuncia se conoció aproximadamente a las 16.25 y fue el colorario de una jornada tormentosa para el fútbol argentino, la cual se inició con la suspensión del encuentro entre Racing y San Lorenzo, debido a que hinchas de ambos equipos impidieron la salida de los planteles hacia La Plata.

En ese momento, Domínguez llegó al hotel Panamericano, donde se encontraba alojado el plantel de Racing, y tras conversar con los jugadores y con otros futbolistas por teléfono, el dirigente anunció que la fecha se suspendía.

”De acuerdo a lo que viví hoy, creo que no tengo más nada que hacer. Estaba todo okey, pero cuando uno ve entrar a los jugadores al terreno de juego...", dijo un Domínguez decepcionado, valiéndose de una frase incompleta que resulta demasiado fácil interpretar.

Tras el anuncio de la suspensión, algo sucedió con los jugadores, debido a que muchos planteles (entre ellos los de River, Quilmes, Gimnasia y Esgrima La Plata) cambiaron su postura y decidieron jugar.

Esta postura puso en jaque a Domínguez, quien seguía reunido con Sergio Marchi (secretario adjunto) en el lobby del hotel Panamericano.

"Acá hay equivocaciones tremendas. Los jugadores jamás dijeron que querían parar. El miedo reina entre los futbolistas, esto no da para más. El fútbol así no puede continuar", argumentó Domínguez.

Por último, el dirigente se refirió a la firmeza de su postura y aseguró que no volverá sobre sus pasos.

"Soy de las personas que no abandonan sus convicciones. Lo que tenga que hablar se los voy a decir a los jugadores en la reunión de mañana y después hablaré con la prensa", concluyó.

Lo cierto es que lo ocurrió durante esta jornada y la del viernes (cuando algunos jugadores por su cuenta se reunieron en el hotel Hilton) deja en evidencia que hay un distanciamiento entre los jugadores y sus representantes gremiales.

Fuente: DyN