Viernes, 23 de mayo de 2008 | Hoy
DEPORTES › SUSPENDIERON EL ENTRENAMIENTO
Medio centenar de hinchas del equipo de Avellaneda, integrantes de un sector de la barra brava denominada La Guardia Imperial, se presentaron ayer a la mañana en la práctica que el plantel realizaba con vistas al partido de mañana frente a Gimnasia para insultar y amenazar a los integrantes del equipo de Juan Manuel Llop y, posteriormente, quemar un bandera con la inscripción “Kirchner 2007-2011” que los barrabravas solían mostrar en la cancha. Hubo escándalo y once detenidos por intentar ingresar a la fuerza a la cancha auxiliar del club.
“En Racing se acabó la paciencia/ si vamos a la Promoción/ ustedes al hospital!!!/ Vayan al frente, cagones/ La Guardia Imperial”, decía unos de los panfletos que los violentos arrojaron por el lugar, cerca de las 11. La amenaza preocupó a los jugadores y al entrenador Juan Manuel Llop, que inmediatamente determinó la finalización del entrenamiento. “Uno puede admitir que se insulte a los futbolistas cuando las cosas no salen, pero a nadie le gusta que lo amenacen con estas cosas”, manifestó, todavía perplejo, el armador del equipo, Maximiliano Moralez.
La visita de los barras no tomó por sorpresa a las autoridades del club, que dio aviso para que se reforzara la custodia policial por los alrededores del estadio Presidente Perón. La situación salió de control cuando los jugadores decidieron marcharse hacia los vestuarios, entonces comenzó el griterío y el clima se enrareció. Cuando los futbolistas ya estaban en el vestuario, un grupo de violentos intentó ingresar al polideportivo, pero la policía logró detener primero a nueve de los barrabravas y luego sumaron dos más.
“Ocho personas fueron detenidas por violación a la ley 11.329 de violencia en el deporte y dos por atentado y resistencia a la autoridad. Los detenidos y fueron trasladados a la comisaría 1ª de Avellaneda”, informó el secretario del Coprosede, Guillermo Garayalde.
Cuando el clima se enfrió, los jugadores se retiraron del club en silencio. El único que habló fue Moralez, quien manifestó el malestar del grupo ante las agresiones y las amenazas de los barras, que opacaron una jornada que había arrancado con un mensaje de apoyo de parte de los trabajadores del club con una bandera colgada en el estacionamiento que rezaba: “A los jugadores y al cuerpo técnico todo el apoyo de los trabajadores del club. Fuerza. Aguante Racing”.
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