En la semana, Claudio Borghi dijo que lo había ofendido que algunos jugadores declararan que no lo habían entendido. Con Pepé Santoro, Independiente juega igual de mal que con el anterior entrenador, pero ayer parecía que lograba la segunda victoria con un cabezazo de Rolfi Montenegro. Sin embargo, en tiempo de descuento, Andrés Romero señaló el empate 1-1 que puso algo de justicia y devolvió al Rojo a su realidad.

Dos equipos muy motivados se cruzaron en Avellaneda. Independiente, con los mismos problemas futbolísticos que cuando estaba Borghi, al menos se muestra como una formación con más ganas y predisposición. Y del otro lado, Argentinos entró entonado por su gran victoria en Brasil, aunque se le notó que le faltó frescura en las piernas. Lo malo que ese estado de ánimo lo utilizaron para meter y no para jugar, para correr y no para pensar. Por eso, el encuentro salió chato, sin acciones destacadas y con pocas situaciones de peligro frente a los arcos. Ganaban las imprecisiones en el medio campo y las discusiones con el árbitro Sabino.

Dentro de ese panorama, Independiente se mostró apenas superior. Con un Montenegro apagado, la posta la tomó Ríos, que con sus remates desde afuera del área marcó el camino, aunque siempre se encontró con la solvencia de Torrico para salvar el peligro. Lo mismo le sucedió a Núñez, que sacó un derechazo tremendo, pero el arquero desvió el tiro al corner. Y en la única maniobra bien hilvanada, con un excelente pase de Pusineri para Ríos, entre el manotazo de Torrico y el cruce de Fleitas sobre la línea evitaron el tanto de Independiente tras la sutil definición del volante derecho.

Del otro lado, Argentinos exhibía poco. Rodrigo Díaz no se transformaba en conductor, por lo que Hauche y Pavlovich quedan demasiado aislados, sin el abastecimiento necesario. Recién en la segunda parte decidió adelantarse en el terreno, momento en que inquietó bastante a Assmann, que tuvo controlar una entrada de Mercier y que miró como un cabezazo de Caruzzo salió apenas desviado. Pero cuando mejor estaba en el partido, Argentinos recibió un duro golpe. Núñez ejecutó un tiro de esquina y Montenegro sorprendió a todos para ganar en lo alto y meter un cabezazo cruzado para convertir el tanto de la apertura. De ahí al final, la postura de Independiente fue esperar cerca de Assmann, conforme con la ventaja. Así permitió que Argentinos creciera: primero avisó con una definición de Pavlovich que controló Assmann y luego concretó con una entrada de Romero, para que Independiente se diera cuenta de su momento.