En un encuentro en el que tuvo momentos de muy buen juego, Tigre goleó 3-0 a Huracán en la cancha de Argentinos y así le metió presión al líder del torneo, San Lorenzo, que tiene un partido menos (hoy juega ante Racing en Avellaneda) y ahora sólo le lleva dos puntos de ventaja. El conjunto dirigido por Diego Cagna fue preciso en los momentos justos y no tuvo que hacer demasiado para derrotar al equipo de Parque Patricios, que profundizó su mal momento a la espera de la llegada de Angel Cappa.

En el primer tiempo, pese a tener un mejor arranque, lo de Tigre fue sólo el gol de Morel y alguna jugada aislada de Matías Giménez. Luego, no hizo ningún mérito para justificar ser el escolta de San Lorenzo. Sin embargo, Huracán no lo aprovechó. Tuvo la posesión de la pelota pero le faltó creatividad y, para colmo, a la hora de crear situaciones de gol, falló en la puntada final. Así tuvo dos claras, una tras un cabezazo de Goltz, que quedó en el techo del arco, y otra de Barrientos, que pegó en el travesaño, pero siguió siendo fiel a la poca efectividad que mantiene en el campeonato, donde convirtió tan sólo siete goles en los once partidos que disputó.

Pero cuando parecía que el partido se le tornaba complicado a los visitantes, en un par de minutos el equipo de Cagna lo liquidó. Primero, porque tras un grosero error de toda la defensa de Huracán, que se quedó mirando como la pelota picaba dos veces en el área en un lateral, Giménez la mandó al fondo de la red con un cabezazo certero. Y luego, porque tras una corrida fenomenal de Altobelli, que dejó en el camino a Goltz y definió de tres dedos ante la salida de Limia, sentenció el 3-0 que fue irreversible.

A partir de ahí, Tigre se floreó y hasta tuvo la posibilidad de marcar algún otro gol. Pero sacó el pie del acelerador y, con el resultado ya en su poder, reguló todo el partido. Así, el local fue creciendo y tuvo un mayor manejo de balón. De todas maneras siguió mostrando sus escasos recursos a la hora de marcar y por eso no le hizo ningún tipo de daño a su rival. Por eso, Tigre no le pierde pisada a San Lorenzo, y se mantiene a la espera. Agazapado, esperando que el líder pierda algún punto en el camino para poder alcanzarlo.