Domingo, 6 de julio de 2014 | Hoy
Por Adrián De Benedictis
Desde Brasilia
Jugó con convicción y fue sumando confianza a medida que pasaban los minutos. De esa manera completó una de sus mejores actuaciones en el seleccionado. Se complementó bien con su nuevo socio en la zaga central y cuando salió a controlar a Fellaini lo hizo sin inconvenientes.
Sigue brindando seguridad, pero ayer falló en algunas intervenciones que le impiden terminar de afirmarse. Sus reflejos evitaron el empate en los pocos avances del rival, pero no tuvo precisión cuando le pegó desde abajo en la búsqueda de un compañero en el campo de Bélgica.
Estuvo correcto y se hizo escuchar ordenando a sus compañeros de la última línea. Cuando fue arriba les ganó siempre a los delanteros adversarios. Con la actuación de ayer es difícil que no continúe en el equipo titular durante la semifinal.
Pasó inadvertido durante el primer tiempo y mostró poco compromiso para asociarse al resto. Fue importante en el final, cuando Bélgica presionaba con centros desde los costados y él rechazó varias veces ante Lukaku y Fellaini.
Se dedicó solamente a quitar la pelota y a desprenderse rápido de ella. Quedó demostrado que su misión era custodiar la zona central y casi no incursionó en el campo belga. Su tarea la hizo bien y es probable que mantenga el lugar que le pertenecía a Gago.
Se mostró firme en la marca, aunque a veces no pudo ante la subida de Mirallas. Recién en el segundo tiempo incursionó con seriedad en ataque, demostrando que podía haber sido una alternativa como salida para el equipo por ese sector mucho antes.
Cuando Argentina se estaba metiendo en su campo, fue importante para aprovechar algún contraataque y exigir a Van Buyten con sus corridas. Como quedaba muy solo adelante, le costó quedar de frente al arco para definir, cuando Messi lo encontró en algunos pasajes.
Tuvo su oportunidad por la lesión de Di María y no desentonó, con indicaciones claras de ayudar a Zabaleta y luego pasar a campo rival. Auxilio perfecto para integrar un mediocampo combativo, cuando su nombre parecía estar atrás de otros. El miércoles podría estar desde el comienzo.
El más activo en la mitad de la cancha al comienzo, pero fue perdiendo presencia cuando los volantes de Bélgica tocaban bien la pelota. Su contagio al resto de los jugadores es lo que lo hace fundamental en esa zona. Quedó en deuda en el plano futbolístico.
Jugó por la izquierda y nuevamente se esforzó para tapar la salida por ese sector. Con su entusiasmo a veces aclara la situación, pero en otras se confunde él y también al resto. Una vez más, cuando encaró hacia el arco para definir se demoró y terminó en el piso.
Ingresó para tratar de controlar la pelota en la mitad de la cancha, donde Bélgica estaba prevaleciendo en el tramo final del partido. Se especula que su situación seguirá igual, y que volverá a estar entre los suplentes para el próximo partido.
Mostró su habitual habilidad para eludir rivales en velocidad. Cuando pudo se asoció bien con Messi. Intentó seguir en la cancha tras su lesión, pero tuvo que salir a los 32 minutos. Pudo haber sido su último partido en el certamen.
Su mejor partido en la Copa. Se movió con criterio para dejar atrás a su marcador, aguantó bien la pelota para luego pasarla hacia los costados y tuvo movilidad por todo el frente de ataque, algo que se le venía reclamando. Coronó su gran tarde con una gran definición.
Sus arranques hacían temblar a los defensores rivales, quienes la mayoría de las veces le terminaban haciendo falta. Colaboró más en llevarse las marcas que en la habilitación de Higuaín o de alguien que ingresaba por el otro sector. Estuvo cerca de convertir con un tiro libre que se fue muy cerca.
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