DEPORTES › LOS PUNTOS DESTACADOS DE LA ACTUACION DE ARGENTINA EN ALEMANIA

Ecos de un Mundial que se escapó

Las lágrimas de Cambiasso y su golazo tras veintiséis toques; la polémica por el rendimiento de Riquelme; el caso Messi; el golazo de Maxi Rodríguez; el lamento por la lesión de Abbondanzieri; el show de Maradona; la desventura del oso Bruno... De la A a la Zeta, todo lo que quedó del torneo.

 Por Ariel Greco
Desde Alemania

Ahora? Pasó Alemania 2006, se recuperó prestigio, se quebró por muy poco una ilusión muy grande, se afianzó una generación que tiene mucho para dar. Claro que se quedó sin entrenador, si es que Pekerman confirma ante Grondona lo que dijo en caliente tras el partido.

Bruno: La muerte del oso Bruno, el tema de color paralelo al Mundial, finalmente no le trajo mala suerte al conjunto alemán, como auguraban algunos. Como Alemania ganó su primer título en Berna, que tiene un oso como mascota; Klinsmann vive en California, que tiene un oso como mascota; y Berlín, sede del partido de cuartos y la final, tiene un oso como mascota; hablan de su mala suerte. No pasó y la mala suerte fue argentina.

Conmovedor: Las lágrimas de Cambiasso en la zona mixta cuando se retiraba del estadio. Recorrió los casi cincuenta metros llorando, sin poder hablar ante los periodistas. También se quebró el capitán Juan Pablo Sorin.

Discusión: La actuación general de Riquelme. Como nunca antes, el conductor del equipo dividió las aguas entre los que lo alabaron y lo criticaron. Impuso su ritmo al equipo, probablemente como Pekerman quería. El problema es que profundizó muy poco el juego a lo largo del torneo. No fracasó, pero tampoco consiguió el nivel que se esperaba.

Ecuación: No debería ser negativo el saldo de la actuación argentina. Ganó un grupo difícil, terminó invicta el torneo, con tres victorias y dos empates, mostró momentos de muy buen fútbol y se fue del torneo, sin ser superada, por el conjunto local en los penales.

Fiesta: La forma en que vivieron los hinchas argentinos los partidos del Mundial. Desde los que ahorraron durante cuatro años para llegar con los justo a Alemania hasta los ejecutivos fashion que arribaron invitados por sus empresas, todos se unieron en un aliento incondicional por el equipo de Pekerman. ¿Las marcas registradas? Revolear las camisetas al ritmo “Es un sentimiento/ no puedo parar” y quedarse cantando hasta media hora después de terminados los partidos.

Golazo: Por importancia y por estética, el tanto de Maxi Rodríguez a México resultó el gol argentino más gritado. Es que significó seguir en el Mundial cuando pocos suponían que esa instancia era peligrosa. Fue un verdadero desahogo.

Himno: Los hinchas argentinos encontraron una manera muy particular para cantar el himno, teniendo en cuenta que sólo se pasaba la introducción. Por eso, el alegre “La-la-la-la-la-la-la” con que se seguía terminaba siendo muy divertido, con una arenga emotiva. También fue imponente el respeto que mostraron los alemanes cuando lo tocaron el viernes. En cambio, los españoles dieron la nota silbando La Marsellesa en el encuentro ante Francia.

Incógnita: La pregunta que más se escuchaba en la sala de prensa de los cronistas extranjeros eran las razones por las que Argentina se despidió del Mundial sin Messi en la cancha. “No jugaron su última baraja”, afirmaban. Obviamente, el interrogante no tiene ninguna respuesta.

Jodida: La actitud del doctor Villani en el partido ante Alemania. Enojado con el árbitro, que no lo había dejado ingresar para atender a Maxi Rodríguez en una jugada en la que al volante no le pasaba nada, decidió no entrar para fijarse qué tenía Tevez, aunque Michel lo autorizaba a ingresar. No sólo eso. Además, le hizo un corte de manga. Para colmo, Tevez realmente estaba golpeado y, ya con la pelota en juego, salió del campo para que lo atendieran.

Karateca: La patada que Cufré le arrojó a Mertensacker fue digna de un tercer dan. Las aparentes cargadas de algunos jugadores alemanes motivó la reacción, que luego siguió con un pequeño escándalo. La roja que le mostró el árbitro Michel tras el juego significó la segunda expulsión consecutiva de un argentino en un Mundial, como Caniggia ante los suecos en la Copa del Mundo de Japón y Corea.

Lamento: La lesión de Abbondanzieri ante Alemania, que lo obligó a salir del partido. El arquero completó un muy buen Mundial pese a que no ofrecía esas garantías antes del inicio del torneo. Lo curioso resultó que en la instancia en la que se le tenía gran confianza por sus antecedentes en las definiciones de penales no pudo estar presente.

Maradona: Diego fue un show aparte, siguiendo los partidos como un verdadero hincha, lejos del protocolo que mostraron Pelé o Beckenbauer. La prensa alemana siguió fascinada los movimientos del crack y hasta los compararon con las aventuras del oso Bruno.

Ninguno. La frase coincidente de los jugadores argentinos tras la eliminación fue unánime. “Ninguno se guardó nada”, dijeron, uno a uno, en la medida que fueron saliendo a la zona mixta. Y es cierto. Más allá de mejores o peores rendimientos, la entrega del equipo fue total y desde ese aspecto no hubo reproches.

Once: Los goles que convirtió Argentina en el Mundial, lo que le da un promedio de 2,2 por juego, aunque con la salvedad que jugó dos alargues. Maxi Rodríguez anotó tres tantos, Crespo convirtió dos y los restantes se los repartieron Saviola, Cambiasso, Messi, Tevez y Ayala. Borgetti, en contra, señaló el del empate transitorio ante México.

Paradoja: Que Ayala haya sido el jugador que falló el penal que empezó a marcar la despedida argentina del torneo. El defensor de Valencia fue el mejor jugador de la Selección y ante Alemania completó otro partido muy sólido, incluso convirtiendo el tanto del triunfo parcial con un gran cabezazo. El penal lo pateó suave y anunciado, sin problemas para Lehmann.

Quejas: El arbitraje ante Alemania motivó la bronca de los jugadores argentinos, que no se mostraron molestos por alguna jugada en particular, sino que se quejaron de que el eslovaco Lubos Michel condicionó el juego con faltas menores. No les faltó razón. En todas las jugadas divididas pitó para el conjunto local.

Renuncia: En la conferencia de prensa tras la caída ante Alemania, Pekerman señaló que su ciclo al frente de la Selección está concluido. Lo llamativo es que al salir a la zona mixta, muchos de los jugadores aseguraron que no sabían nada y que se enteraron en ese momento de la decisión del entrenador.

Sorpresa: El rendimiento de Maxi Rodríguez se convirtió en la mejor noticia para el conjunto de Pekerman. Con su dinámica, capacidad ofensiva y voluntad se ganó un lugar y justificó plenamente su inclusión como titular en todos los partidos. A priori aparecía como el indicado a salir para la aparición de un tercer delantero, pero

Tarjetas: La Selección recibió doce tarjetas amarillas en los cinco partidos que disputó. A Heinze, Sorin y Mascherano les sacaron dos, mientras que Cambiasso, Cruz, Maxi Rodríguez, Lucho González, Saviola y Crespo recibieron las seis restantes. Cufré fue expulsado tras el partido ante Alemania. Más allá del altercado del final, el comportamiento del equipo fue bueno en todos los partidos.

Unico: También podría haber sido Ustari. Es que el arquero de Independiente fue el único de los 23 futbolistas del plantel que no ingresó ni un minuto a lo largo del certamen.

Veintiséis: El histórico gol de Cambiasso tras los 26 toques fue inolvidable y se convirtió en uno de los puntos más altos del Mundial, con elogios. Ese día, el conjunto de Pekerman tocó su pico de rendimiento, tal vez demasiado pronto en el torneo.

W

Yeta: Los penales le trajeron por primera vez mala suerte a la Selección en un Mundial. En todas las definiciones anteriores, Argentina se había impuesto: Yugoslavia e Italia en 1990 e Inglaterra en 1998.

Zanetti: El lateral derecho se convirtió en un puesto en el que Pekerman no encontró una solución fija. Burdisso, sin cumplir una labor muy afortunada, era el titular hasta que se lesionó ante Holanda. Luego, por allí pasaron Coloccini y Scaloni sin aportar demasiado, hasta que el defensor de La Coruña regresó ante Alemania, con un muy buen rendimiento. Pekerman apostó a la polifuncionalidad para cubrir ese lugar, aunque es probable que le haya faltado un lateral natural como Zanetti o Ibarra.

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La lesión de Abbondanzieri, uno de los factores que desestabilizaron al equipo argentino.
Imagen: AFP
 
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