En La Plata, Estudiantes y Arsenal iban derecho a un aburrido 0-0, pero en los últimos minutos llegaron las emociones. Primero Leandro Benítez se avivó, le pegó rápido a un tiro libre y puso el gol de Estudiantes ante una defensa estática que sólo atinó a protestar. Pero sobre el final, en el último centro, Ulloa, de cabeza, marcó el definitivo 1-1.

El partido fue muy pobre. Los dos demostraron que querían quedarse con los tres puntos pero no encontraban el camino correcto para llegar al gol. Lo tuvo un par de veces Arsenal, que mereció un poco más que Estudiantes, con jugadas de pelota parada, pero primero Casteglione y después Ulloa no pudieron anotar.

El equipo de Simeone se nota que está atravesando una etapa de cambio, de transición. Ya sin las piezas clave del equipo campeón, intenta jugar de otra manera. Con una línea de tres en el fondo, la idea del entrenador es atacar siempre por los costados con laterales bien abiertos y sumar mucha gente para abastecer en este caso a Lugüercio.

En la segunda mitad, la cancha se inclinó hacia el lado de Cuenca. Más por carácter y empujado por su gente, Estudiantes fue a buscar la victoria. A los 34 llegó la polémica del partido. Casteglione le cometió infracción a Lugüercio un par de metros afuera del área. Benítez se avivó y no esperó la habitual ceremonia. Sólo ellos sabrán si pidieron distancia o si el juez ya había dado la orden, lo cierto es que el mediocampista metió un zurdazo preciso al poste derecho de Cuenca, que estaba apoyado en el lugar opuesto ordenando la barrera y, cuando intentó volver, fue tarde.

Era festejo de Estudiantes, pero en el último pelotazo Ulloa anticipó a toda la defensa y, de cabeza, puso el empate, que en definitiva, por lo hecho por los dos, fue lo más justo.