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Los servicios ferroviarios de Portugal estaban paralizados ayer en su gran mayoría por una huelga de maquinistas que se prolongará durante la festividad de Navidad de este fin de semana y que también se paralizaría en Año Nuevo. La protesta se suma a las huelgas realizadas casi todos los meses a lo largo de este año por el personal de la empresa pública de ferrocarriles CP en demanda de mejoras salariales y laborales.

Según fuentes de la compañía, los paros le han supuesto ya unas pérdidas superiores a los dos millones de euros y han complicado más los problemas de la empresa estatal, afectada por los recortes y medidas de austeridad aplicados en Portugal a todo el sector público. El Sindicato de Maquinistas aseguró ayer que, pese a la protesta, está garantizada una quinta parte de las conexiones de ferrocarril por los servicios mínimos establecidos.

Sin embargo, los usuarios se quejaban ayer en las principales estaciones de tren de Lisboa y Oporto de graves problemas para usar tanto los servicios de cercanías como los de larga distancia, que ayer tuvieron más demanda de la habitual por las fiestas navideñas.

Los maquinistas se muestran decididos a no levantar la huelga hasta el lunes y cumplir otro paro de 24 horas convocado desde la noche de fin de año.

Además del conflicto de los ferrocarriles, Portugal ha vivido en los últimos meses otras protestas en los transportes y los servicios públicos y una huelga general en noviembre por las medidas de austeridad aplicadas en el país, víctima de una grave crisis económica que causó la caída del gobierno del socialista José Sócrates en marzo, cuando el Parlamento rechazó su programa de ajuste económico, medidas que luego fueron implementadas bajo el liderazgo del sucesor de Sócrates, el socialdemócrata Pedro Passos Cohelo. Cohelo a su vez se vio obligado a pedir un rescate internacional en mayo, cuando la presión de los mercados había dejado al país al borde de la cesación de pagos.