Viernes, 13 de noviembre de 2015 | Hoy
EL MUNDO › EN GINEBRA ELOGIO LOS LOGROS DE LA REVOLUCION BOLIVARIANA
El presidente venezolano denunció al gobierno de Obama ante el Consejo de Derechos Humanos en la ONU, acusándolo de encabezar una campaña de utilización de los derechos humanos para complicar a Caracas.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció ayer ante el Consejo de Derechos Humanos en la Organización de Naciones Unidas (ONU) un acoso permanente de Estados Unidos en torno de los derechos humanos para conspirar contra su gobierno. El encuentro fue convocado a pedido del mandatario sudamericano, cuyo país forma parte del Consejo.
El jefe de Estado venezolano comenzó su alocución en la sede de la ONU en Ginebra señalando que valió la pena concebir, desde el proceso popular, una Constitución que identifica a todo el sector social y que puso al venezolano en el centro de todo esfuerzo. Luego recordó que su gobierno estima cerrar el año con cifras récord en reducción de la pobreza. Sin embargo, luego cambió el tono de su discurso para referirse al tema central del encuentro. Maduro consideró que Washington encabeza una campaña de utilización de los derechos humanos para complicar a Caracas. “El tema de los derechos humanos, mediáticamente concebido, occidentalmente concebido, para intentar marcar y aislar a nuestro país e intentar proteger a los que conspiran por destruir el sistema de derechos humanos que ha construido nuestra patria en los últimos 17 años”, dijo Maduro ayer en Ginebra. Venezuela fue reelecta el pasado 28 octubre como miembro del Consejo de Derechos Humanos (CDH) por un nuevo mandato de tres años, a raíz de lo cual Maduro reclamó hace una semana dirigirse al plenario del cuerpo, por lo que se organizó esta sesión especial. “No es la primera vez que un funcionario por allí le lanza a Venezuela acusaciones temerarias, tomadas de las agendas de acoso mundial, de la media imperial contra la patria de Simón Bolívar”, dijo. “Y no será la primera vez que derrumbemos la mentiras con la poderosa fuerza de la verdad que tiene nuestro país”, agregó el mandatario venezolano ante el principal organismo de derechos humanos de la ONU.
Las palabras de Maduro estuvieron precedidas, por cuestión de horas, por la detención en Haití de un sobrino y un hijo adoptivo de su esposa, Cilia Flores, acusados de conspirar para ingresar cocaína a los Estados Unidos (ver aparte).
El jefe de Estado venezolano también se refirió a las “guarimbas”, como se llamó a las protestas antigubernamentales del primer semestre del 2014, que se cobraron 43 víctimas mortales. “Uno por los casos han sido investigados y juzgados en el Poder Judicial venezolano al cual exijo respeto de quienes lo atacan de manera ruin y cobarde”.
El presidente del Consejo, el alemán Joachin Rucker, hizo por su parte una breve introducción a la sesión especial, organizada “como una cortesía”, en la que recordó los deberes que implica ser miembro de la entidad, especialmente colaborar con los sistemas de controles existentes. “La última vez que un procedimiento (relatores especiales o grupos de expertos) visitaron Venezuela fue en 1996”, señaló Rucker.
Defensores de los derechos humanos recordaron que en las últimas horas Venezuela rechazó la visita solicitada por una decena de relatores para investigar distintas alegaciones de violaciones a los derechos humanos en el país. Entre ellos están los veedores del derecho a la libertad de expresión, el de ejecuciones extrajudiciales, el de los defensores de derechos humanos, el de libertad de asociación, el de violencia contra la mujer, el relator sobre la tortura, y grupos especiales sobre detención arbitraria y sobre la relación entre negocios y derechos humanos.
En la misma línea, el alto comisionado de derechos humanos de la ONU, el jordano Zeid Ra’ad al Hussein, dijo por su parte, en un mensaje grabado, porque está en Nueva York, que Venezuela por haber sido reelegida miembro del Consejo tiene aún más responsabilidades. Zeid no se limitó a la advertencia y denunció la presión a la que serían sometidos los jueces y fiscales venezolanos, especialmente cuando lidian con casos políticamente sensibles. “Los casos de (la jueza) María Luisa Afiuni y (el líder opositor) Leopoldo López son ilustraciones evidentes de estos problemas”, ejemplificó. “El Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria y el Comité de Derechos Humanos así como mi propia oficina, han expresado serias preocupaciones sobre la situación en Venezuela”, dijo. “Una de las obligaciones primordiales de un Estado soberano es proteger los derechos humanos y defender incluso aquellos –en efecto, especialmente aquellos– que no están de acuerdo con las políticas del Estado. Es así que construimos sociedades que son estables, resistentes y prósperas”, dijo.
No obstante, tras acabar el pleno, el mandatario se reunió con representantes de países conocidos como “grupo de Estados con ideas afines” durante una hora. En ese encuentro, Maduro reprobó a Zeid por sus críticas explícitas al país “Esto es una vergüenza”, dijo. Esas críticas tuvieron eco entre algunos de los presentes, especialmente entre los miembros del ALBA –particularmente Bolivia, Ecuador, Cuba y Nicaragua– que junto a Argelia y Arabia Saudí anunciaron que mandarán una carta de queja al funcionario jordano.
Maduro se dirigió al cuerpo tras esas intervenciones, pero no hizo ninguna mención explícita a las críticas y se limitó a decir que había venido a “decir la verdad” sobre lo que ocurre su país. En su alocución ante el pleno, Maduro elogió lo logrado por la revolución bolivariana y fustigó a Washington. “Nuestro pueblo ha sufrido durante dos décadas el acoso permanente de los poderes imperiales de Estados Unidos, que se concretó especialmente en el golpe de Estado de 2002.”
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