EL MUNDO › EN SAN PABLO, EL COMANDO PCC CAMBIA DE TACTICA

Bombas, videos y panfletos

San Pablo volvió a despertarse con la violencia del Primer Comando de la Capital (PCC). El mismo grupo que en los últimos tres meses ha dejado 180 muertos en ataques esporádicos relanzó su ofensiva en la madrugada de ayer quemando y destruyendo dos bancos, una comisaría y un auto de la policía. Horas después, tres jóvenes de entre 15 y 16 años fueron detenidos mientras distribuían cientos de panfletos del PCC. En ese mensaje, la organización acusa al servicio penitenciario de maltratar a los líderes del grupo armado detenidos y a sus abogados. Además, acusan a los guardias de grabar estos supuestos abusos para luego mostrárselos a las familias de los detenidos, como una advertencia. El texto termina con una amenaza: si no se pone fin a esto, los ataques continuarán.

Los panfletos forman parte de la nueva estrategia del PCC. La organización surgida en las cárceles paulistas ahora busca la adhesión de la ciudadanía y se presenta como un movimiento de resistencia civil, en contraste con la imagen de organización criminal que le endilgan los medios y los políticos. Hace tres semanas, el PCC ya había dado un giro en su campaña de atentados al secuestrar a un periodista de la cadena televisiva Globo y sólo liberarlo después de que la emisora accedió a emitir un video con las mismas reivindicaciones difundidas ayer.

El secuestro del periodista siguió una lógica muy diferente a la ola de ataques, con la que el PCC ganó fama internacional hace tres meses. Durante dos semanas, el grupo armado realizó un atentado atrás del otro, golpeando a la policía, a los bancos y al transporte. En ningún momento en esa sangrienta campaña, algún miembro del grupo armado salió a hacer declaraciones o a explicarle a la sociedad paulina las causas que los motivaron. Ayer, la situación fue otra. La distribución de panfletos demostró un claro interés del PCC en concientizar a los millones de paulinos sobre la deteriorada situación en las cárceles del estado. El propio gobierno federal reconoció el problema de hacinamiento de las prisiones al proponer una liberación temprana de miles de detenidos, muchos incluso vinculados con el PCC.

Ayer, nuevamente, la policía fue uno de los objetivos elegidos por el PCC. Una comisaría y un auto recibieron varios disparos en el centro de la capital del estado. El otro objetivo que en los últimos tiempos ha elegido el grupo armado son los bancos. Dos filiales de la empresa Unibanco fueron incendiadas. En ninguno de los dos casos se detuvo a los autores. Los dos ataques sucedieron en las zonas pobres de una de las ciudades más ricas del país.

El candidato presidencial de la socialdemocracia, Geraldo Alckmin, intentó capitalizar la atención que siempre atrae el PCC y sus atentados. “No quieren que me elijan a mí”, afirmó el anterior gobernador paulino, que está muy rezagado en las encuestas.

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