El “canciller” de las FARC Rodrigo Granda empezó a dar definiciones. Aseguró que será trasladado a Cuba, aunque no quiso confirmar si desde allí asumiría el nuevo rol que le quiere imponer el gobierno de Alvaro Uribe como intermediario de paz entre Bogotá y la guerrilla, para liberar a los 56 secuestrados canjeables. Lo que sí dijo fue que la cúpula de las FARC lo autorizó para viajar. Granda también hizo una declaración largamente esperada por muchos colombianos y franceses. Garantizó que la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada hace más de cinco años, está viva. “Ingrid no está muerta. Lo que ha dicho el comandante Raúl Reyes (número dos de las FARC) es que está bien de salud y anímicamente, que no se ha podido mandar pruebas de supervivencia por los cercos y las operaciones militares en el área”, sostuvo.

Esta es la primera vez que Granda reconoce haber mantenido un contacto con los líderes de su movimiento desde que fue excarcelado hace dos semanas por el gobierno de Uribe y a pedido de su par francés, Nicolas Sarkozy. En una conferencia de prensa con medios internacionales, el “canciller” no dio detalles sobre la comunicación con Reyes ni con el resto del secretariado, el máximo organismo de las FARC. Sólo volvió a acusar al presidente Uribe de no permitirle reunirse con los líderes guerrilleros y calificó esta postura como una maniobra para descalificar cualquier gestión de paz que él pudiera hacer.

El dirigente guerrillero aseguró que sus primeras opciones eran Venezuela, Ecuador y Brasil –todos vecinos de Colombia–, pero que el alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, las rechazó. En cambio, le propuso viajar a Francia para luego instalarse en Suiza. Frente a la negativa de Granda, la solución intermedia habría sido Cuba, país en el que actualmente se realizan negociaciones entre el gobierno colombiano y la otra guerrilla importante del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Según adelantó el “canciller”, podría partir hacia La Habana en unas semanas.

Granda sostuvo que no promocionará el canje de secuestrados desde La Habana, porque sigue respondiendo a la cúpula de las FARC, que han dicho que sólo aceptarán si el gobierno desmilitariza una zona del suroeste del país durante 45 días. “El acuerdo humanitario se negocia en Pradera y Florida y no en Cuba”, aclaró el guerrillero. Pero tampoco quiso desanimar las nuevas esperanzas creadas con las liberaciones de guerrilleros y garantizó que Betancourt, la secuestrada más famosa de las FARC, sigue viva.

En los últimos días, las negativas de Granda a negociar un intercambio por fuera de las condiciones de la cúpula guerrillera habían atemorizado a la familia de la ex candidata, que desde París comenzaron a pedir una prueba de vida. “Pedir pruebas de vida en las ciudades es fácil porque hay internet, teléfonos y no hay bombardeos como en los campamentos de las FARC. Si una persona trae una foto de Ingrid, ¿usted cree que en los retenes militares la dejan seguir?, explicó Granda. Sin embargo, la familia de la ciudadana francesa-colombiana recordó que hace casi cuatro años que no reciben una prueba de las FARC.

Desde la sede de la Conferencia Episcopal en Bogotá, Granda intentó mantenerse distante del gobierno de Uribe, pero al mismo tiempo no cerrar las puertas a una futura negociación, especialmente con Sarkozy, al que no duda en elogiar una y otra vez. Pero a pesar de las palabras que dan vueltas por Bogotá, en el interior de Colombia el nivel del enfrentamiento entre el gobierno y las FARC no ha cambiado. Todos los días se sabe de un nuevo atentado de la guerrilla –ayer murió un policía y un civil en el centro del país– o de una ofensiva del ejército en la selva. No es el clima ideal para iniciar un proceso de paz.