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Un informe del Departamento de Defensa norteamericano sobre la política armamentista china generó un chispazo diplomático entre Estados Unidos y la potencia asiática.

China busca desarrollar tecnología y armamentos para quebrar la superioridad militar estadounidense en la región asiática, trabajando en un clima de secreto que podría dañar la relación bilateral. Esa fue la conclusión de un informe presentado por el Pentágono ante el Congreso norteamericano.

Los estrategas del Departamento de Defensa en Washington aseguraron que para desbancar a Estados Unidos en su rol de potencia militar en Asia las fuerzas armadas chinas están invirtiendo masivamente en las áreas espacial, cibernética y nuclear.

Además, el informe sostiene que si bien el desarrollo militar chino no le permite al gigante asiático encarar operaciones militares de envergadura lejos de sus fronteras, Beijing estaría preparado para ganar cualquier guerra de corta duración en su periferia. El objetivo, sería, según el Pentágono, Taiwán.

A pesar de su contenido, el análisis norteamericano cerró con un tono conciliador frente a su mayor acreedor de bonos del Tesoro, que por estos días propone reemplazar al dólar como moneda de reserva internacional. “El presente informe debe entenderse como un llamado a profundizar el diálogo militar entre nuestras naciones. Debemos lograr que nuestros contactos en el área de defensa se produzcan al más alto nivel”, afirmó Geoff Morrell, vocero del Pentágono.

Pero la reacción china fue contundente. Beijing acusó a Washington de tergiversar los datos y fomentar la idea de que el país asiático es un peligro para sus vecinos.

“El informe norteamericano es una flagrante deformación de la realidad y China se opone a ello”, disparó Qin Gang, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino. “Washington sigue jugando con la falacia de la amenaza militar china. Ello es un vestigio de pensamiento de la Guerra Fría y una intromisión en nuestros asuntos internos”, agregó.

Qin Gang fue más lejos y le recomendó al Pentágono que deje de ocupar su tiempo en estas cuestiones. “Los estadounidenses deberían dejar de publicar informes de este tipo para evitar perjudicar aun más nuestras relaciones militares bilaterales”, advirtió el funcionario.

La relación entre ambos países sufrió varios roces en los últimos tiempos. Hace dos semanas, Estados Unidos denunció que uno de sus navíos en el área fue acosado y perseguido por buques chinos en aguas del Mar del Sur de China.

A su vez, la situación de los derechos humanos en China había provocado fuertes cruces entre ambos países a mitad de febrero, luego de que el Departamento de Estado denunciara el empeoramiento de éstos en el país asiático a través de su informe anual, que provocó una fuerte réplica de China sobre las recientes violaciones de los derechos humanos cometidas por el gobierno de los Estados Unidos.

Beijing tiene previsto aumentar su presupuesto militar para el 2009 en un 14,9 por ciento, conformando una partida estimada en unos 70.000 millones de dólares, aunque asegura que sus intenciones son únicamente defensivas.

Pero según Washington, cuyo presupuesto de Defensa se calcula en unos 400.000 millones de dólares, China no es honesta con los números que publica, por lo que estima que los gastos militares reales de este país serían el triple de los anunciados.