Según los pronósticos meteorológicos, una primavera parisiense fría y lluviosa recibirá hoy a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien mañana almorzará con el presidente Nicolas Sarkozy en el Palacio del Elíseo. No hay agenda oficial, aunque tratarán la situación de Ingrid Betancourt, secuestrada hace más de seis años por las FARC en Colombia, y harán un repaso de la situación de las empresas francesas en la Argentina, incluido el preacuerdo para la construcción del tren de alta velocidad.

La Presidenta partió ayer a la tarde de Buenos Aires acompañada por el canciller Jorge Taiana, quien participará del almuerzo con Sarkozy, al igual que el canciller francés, Bernard Kouchner. Como en la comitiva no está Néstor Kirchner es probable que tampoco participe del almuerzo la famosa esposa de Sarkozy, la cantante y ex modelo Carla Bruni. Igual, la Presidenta y la primera dama francesa seguramente serán presentadas. En el almuerzo estará presente, además, el embajador argentino en Francia, Luis Ureta Sáez Peña, previa autorización del gobierno francés ya que todavía Sarkozy no le aceptó las cartas credenciales.

Toda la actividad de la Presidenta en París transcurrirá mañana. Arrancará a las 11 con un acto en una plaza parisiense que será bautizada como Jardín Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. La

inaugurará CFK junto al alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoë; la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto y la de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Marta Vázquez. El Jardín es un terreno triangular parquizado en el distrito XV, entre el río Sena, la rue Balard y el Quai Javel.

De allí Fernández de Kirchner partirá al encuentro con Sarkozy y una vez finalizado se entrevistará con el primer ministro, François Fillon. Según las encuestas es el integrante del gobierno francés con mayor imagen positiva, tras los tropiezos que tuvo el presidente en los once meses que lleva en el Elíseo. Fillon estuvo en Buenos Aires para la asunción de CFK. Al día siguiente ambos mantuvieron una reunión en la Casa Rosada.

Con el primer ministro posiblemente hablen más a fondo de la situación de las empresas francesas en la Argentina, algunas de las cuales dejaron de invertir o directamente abandonaron el país en la crisis de 2001 y lentamente están retornando. En ese marco, se hablará del tren de alta velocidad entre Buenos Aires y Rosario, de cuya construcción es pre adjudicataria la empresa francesa Alstom. Quizás también analicen las posibilidades de la Argentina de saldar su deuda con el Club de París, que asciende a los 6300 millones de dólares. Argentina había planteado el año pasado pagarla en diez años con un interés del 6 por ciento.

Finalmente la Presidenta visitará la sede de la Unesco para entrevistarse con su director general, el japonés Koichiro Matsuura. Seguramente la acompañará el embajador argentino ante ese organismo, Miguel Angel Estrella, y quizás el senador Daniel Filmus, quien también llegará a París como presidente de una de las dos comisiones de trabajo que tiene la Unesco. La misma noche del lunes la Presidenta emprenderá el regreso para llegar a la Argentina el martes a la mañana. La semana estará signada por las relaciones exteriores, ya que el jueves recibirá al subsecretario de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, Tom Shannon.

La Presidenta anuló un encuentro internacional relevante esta semana, como la Cumbre de Líderes Progresistas, que comenzó ayer y termina hoy en Londres. Fue como consecuencia del lockout de las cámaras agropecuarias, que aún seguían en pie de guerra el día que debía confirmar su participación en el encuentro. Como la invitación a Londres la había recibido del primer ministro británico, Gordon Brown, no en su carácter de jefe de Estado, sino de titular del Partido Laborista, el costo de tacharla de su agenda era menor que si dejaba de ir a Francia, adonde fue invitada por Sarkozy en su condición de presidente.

El vínculo de la Presidenta con Sarkozy comenzó a forjarse en diciembre de 2007, cuando el mandatario francés le pidió al entonces presidente Kirchner que Argentina integrara una fuerza internacional que promueva la liberación de rehenes en manos de la guerrilla de las FARC, entre ellos Betancourt, ciudadana franco-colombiana. La posta la tomó CFK, quien asumió pocos días después de aquel pedido y envió a su marido como garante de la liberación de tres secuestrados, hecho que se produjo varios días después, cuando el contingente internacional había abandonado Colombia.

Ahora el tema recobró fuerza a partir de la misión que Sarkozy envió a Colombia. El viernes pasado el presidente francés remitió una carta a CFK en la que le pidió apoyo político para este operativo, solicitud que extendió al venezolano Hugo Chávez y al brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. En esa carta, Sarkozy remarcó que Betancourt está gravemente enferma y corre riesgo de morir. Sarkozy le comunicará el fuerte interés de Francia para que haya avances en la relación entre la Unión Europea y América latina en la cumbre que se realizará en mayo en Lima. CFK y Sarkozy ya se vieron en febrero del año pasado en París cuando la entonces senadora se entrevistó con los dos principales candidatos a la presidencia de Francia: Sarkozy y la socialista Ségolène Royal.